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Las falsas alarmas mediáticas más sonadas

No es ninguna novedad: las malas noticias venden. Y, por ende, el alarmismo se impone en el panorama mediático. Hay momentos candentes en los que la prensa se centra de manera especial en un tema, que lo expone ante la opinión pública y lo viste de un pesimismo particular.

Las falsas alarmas mediáticas más sonadas

Reuters

No es ninguna novedad: las malas noticias venden. Y, por ende, el alarmismo se impone en el panorama mediático. Hay momentos candentes en los que la prensa se centra de manera especial en un tema, que lo expone ante la opinión pública y lo viste de un pesimismo particular. A veces, los asuntos que copan la actualidad responden precisamente a eso, a la actualidad, y mantienen un tono verídico y sosegado -por muy malas que sean las noticias-. En otras ocasiones, esos asuntos son deliberadamente exagerados, y en ocasiones falsos.

La firma de finanzas GBS, principal entidad independiente de Investment Banking en la Península Ibérica, ha lanzado el libro Another Point Of View con ocasión de su 25 aniversario. En él, repasa los casos más sonados de alarmismo mediático de los últimos años. En palabras de Pedro Gómez de Baeza, socio fundador de la firma, “lo peor es que a día de hoy no se hace nadie responsable ni cunde el mea culpa cuando se prueba, después de un tiempo, que la noticia inicial fue falsa o exagerada”. Por ello, desde The Objective recogemos algunos de los casos citados en Another Point Of View para recordar a nuestros lectores, y recordarnos a nosotros mismos, qué fue de aquello que causó alarma en la opinión pública.

 

La gripe aviar

A principios del presente siglo, las palabras “gripe aviar” comenzaron a correr como la pólvora en el vocabulario global. A pesar de que esta enfermedad vírica que afecta principalmente a las aves se identificó en 1878, no fue hasta los 2000 cuando los medios empezaron a hablar de ella. En 1997 fue infectado el primer ser humano con este virus (H5N1), y poco tiempo después -cuando el contagio comenzó a expandirse- los medios empezaron a hablar de “pandemia mundial”.

Portada de la revista Time sobre la gripe aviar de febrero de 2004.
Portada de la revista Time sobre la gripe aviar de febrero de 2004.

En un artículo en la agencia AFP, publicado el 27 de enero de 2004, Richard Ingham aseguraba que la gripe aviar era “extremadamente peligrosa, con una tasa de mortalidad del 33%” e incluso la comparaba con el SIDA. En el lado opuesto, El País publicaba un artículo firmado por José Reinoso que recordaba que la OMS había concluido que la transmisión del virus de la gripe aviar no era fácil entre dos seres humanos.

 

Nadie estaba alarmado por las 500.000 muertes anuales por gripe común mientras que las 377 muertes causadas por la gripe aviar causaron verdadera alarma

Como recuerda Another Point Of View, nadie estaba alarmado por las 500.000 muertes anuales por gripe común mientras que las 377 muertes causadas por la gripe aviar causaron verdadera alarma dada la cobertura que le dieron los medios de comunicación. El alarmismo fue tal que The Times llegó a publicar el 26 de mayo de 2005 que “el mundo no está preparado para una gripe capaz de matar a diez millones de personas”. Como apunta bien apunta Another Point Of View citando a la OMS, “a fecha de hoy podemos decir que el potencial pandémico del virus es inexistente, ya que por ahora no hay pruebas de que se esté produciendo una transmisión sostenida de persona a persona”. Está claro que, en este caso, el miedo fue más contagioso que el propio virus.

 

Las vacas locas

El de las vacas locas es otro ‘superhit’ del alarmismo mediático. A finales de la década de 1990 se detectó una nueva enfermedad en los humanos relacionada con la epidemia de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en el ganado vacuno, que en las personas causaba la muerte segura en los contagiados.

En el caso de las vacas locas, los gobiernos contribuyeron fuertemente a la alarma que se presentó en la sociedad. Como recuerda Another Point Of View, “el entonces presidente del Gobierno llegó a afirmar que esta era la crisis más grave que amenazaba España”. De hecho, Aznar tuvo que afrontar numerosas críticas por su gestión de esta crisis, una gestión que para muchos valió la petición de las destituciones de los ministros Celia Villalobos y Miguel Arias Cañete.

 

Llegaron a vaticinar hasta 500.000 muertes por la crisis de las vacas locas, pero la OMS sólo ha constatado 229 casos de infectados

En cuanto a los medios, éstos también respondieron con dureza a este problema sanitario. Llegaron a vaticinar hasta 500.000 muertes por la crisis de las vacas locas. Algunos llegaron a asegurar, como el diario El Mundo, que esta enfermedad podía transmitirse por el agua del grifo o que las comidas escolares estaban relacionadas con la transmisión de la enfermedad. La realidad es que, desde octubre de 1996 hasta mayo de 2015, la OMS sólo ha constatado 229 casos de infectados, de los cuales 5 se han dado en España. Parece que la alarma no era tal.

 

El fin del euro

Uno de los vaticinios más recurrentes por parte de los analistas más sensacionalistas es el fin del euro. Una idea que ha sido sin duda aupada por la crisis económica que desde 2008 ha azotado gravemente la zona Euro, especialmente al sur de Europa. Grecia, en concreto, disparó todas las alarmas. Como apunta Another Point Of View, “muchos vaticinaron el comienzo del fin de la moneda única cuando vieron que el país heleno era incapaz de financiar su deuda soberana”.

Portada de The Economist de noviembre de 2010.
Portada de The Economist de noviembre de 2010.

Muchos empezaron a ver un futuro muy negro, hasta todo un Nobel de Economía lo hizo. El estadounidense Paul Krugman no sólo llegó a prever el final del euro, sino que vio llegar también un corralito a la argentina en España e Italia. Los medios no tardaron en replicar las palabras de aquellos pesimistas. No obstante, la Eurozona sigue intacta –a pesar del Brexit y otras amenazas-, y lo cierto es que las voces que vaticinaban el fin de la moneda única se han ido apagando a medida que la crisis económica en la Unión Europea se ha ido paliando.

El mundo se enfrenta, sin duda, a grandes retos. Muchos de ellos son extremadamente complejos, cuyas consecuencias son todavía desconocidas. Por ello, el periodismo ha de enfrentarse a esos mismos retos con la entereza, el rigor y la responsabilidad que le corresponden. Caer en el sensacionalismo era la manera más fácil de agotar ediciones en los quioscos, y hoy lo es a la hora de lograr el ansiado ‘clic’. Presuponemos a nuestra sociedad madura, sin embargo no debemos olvidar la influencia que desde el cuarto poder ejercemos en ella. A toro pasado es fácil hacer balance del trabajo realizado, y entonar el mea culpa nunca está de más. En la era de la posverdad, de las noticias falsas, de los hechos alternativos y del gabinete de prensa de Donald Trump, el sosiego y el periodismo de calidad se hacen más necesarios que nunca, y los alarmismos sobran como siempre.

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