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Ser madre y trabajadora, ¿es posible?

Ser madre y trabajadora al mismo tiempo nunca ha sido fácil, y no es ninguna novedad que las mujeres tienen que luchar para poder conciliar su vida laboral con la familiar. Son numerosas las voces que piden cambios en la legislación para que las mujeres puedan compatibilizar su carrera con el cuidado de sus hijos. También son muchas las que intentan concienciar a la sociedad de que las tareas de la casa son también cosa de hombres.

Ser madre y trabajadora, ¿es posible?

Ser madre y trabajadora al mismo tiempo nunca ha sido fácil, y no es ninguna novedad que las mujeres tienen que luchar para poder conciliar su vida laboral con la familiar. Son numerosas las voces que piden cambios en la legislación para que las mujeres puedan compatibilizar su carrera con el cuidado de sus hijos. Asimismo, son muchas las que intentan concienciar a la sociedad de que las tareas de la casa son también cosa de hombres.
El último toque de atención lo ha dado el Club Malasmadres con su informe sociológico ‘Somos equipo’. Los datos que este estudio muestran que el 58% de las madres dejan su carrera laboral para cuidar a sus hijos, mientras que solo el 6% de los padres lo hacen.

El Club Malas Madres lucha por mejorar las condiciones laborales de las mujeres. (Foto vía clubdemalasmadres.com)
El Club Malas Madres lucha por mejorar las condiciones laborales de las mujeres. (Foto vía clubdemalasmadres.com)

Además, los miembros el Club Malasmadres creen que las tareas del hogar y el cuidado de los hijos siguen recayendo principalmente en las mujeres, aunque es cierto que los hombres cada vez están más implicados en estas ocupaciones. Lo que quieren conseguir es que los hombres dejen de “ayudar en casa”, es decir, que no se considere este trabajo como una ayuda que prestan a la mujer, sino como algo que les corresponde de la misma manera que les corresponde a ellas.
Son muchas las mujeres que se suman a estas reivindicaciones y que también consideran que deben cambiar muchas cosas en España para que la conciliación entre la vida laboral y la familiar sea finalmente una realidad. Sin embargo, no todas las mujeres que abandonan su carrera laboral lo hacen por las dificultades que crea el sistema, ni todas las que se encargan de las tareas de casa lo hacen porque su marido no las haga. Dedicar todo el día a los hijos, como ser trabajadora, es una opción.

Futuras madres con diferentes futuros

Ana es un ejemplo de que, en determinadas circunstancias, dedicarse a tiempo completo al cuidado de los hijos y de la casa es una opción como otra cualquiera. Tiene 24 años, estudió Magisterio y se casó hace apenas unos meses. Está esperando su primer hijo, un embarazo totalmente buscado, y no tiene pensado incorporarse al mercado laboral.
En la actualidad, resulta a veces extraño que una mujer joven esté casada, tenga hijos y dedique todo su tiempo a ellos. Pero Ana explica que, debido a la situación laboral de su marido, no ve la necesidad de buscar un trabajo y prefiere dedicar todo su tiempo a su bebé: “la situación laboral de mi marido de momento no va a cambiar mucho, y cuando tengamos el bebé, quizá él, sin que nadie se lo imponga, querrá trabajar más horas para mejorar nuestra economía”.

Algunas madres deciden dedicar su tiempo por completo a sus hijos. (Foto: Regis Duvignau/Reuters)
Algunas madres deciden dedicar su tiempo por completo a sus hijos. (Foto: Regis Duvignau/Reuters)

No obstante, Ana es consciente de que, aunque ella tiene la suerte de poder elegir si trabajar o no, no todo el mundo cuenta con esta opción. “Efectivamente, es complicado el tema laboral, estando embarazada y antes de estarlo, y pienso que el Gobierno no facilita nada esta situación”, opina.
María también tiene 24 años, y también está esperando su primer hijo. Pero su situación es muy diferente a la de Ana. Se enteró de su embarazo poco antes de empezar un máster en ‘visual and digital media’: “no fue una situación planeada, pero es bienvenida”. Su plan era incorporarse al mercado laboral al acabar sus estudios, y quiere mantener este plan cuando nazca su hija: “quiero esperarme unos cuatro meses, y después incorporarme al mercado laboral a la vez que termino el máster. Todo esto con la niña”. Estos cuatro meses que María quiere esperar son los que tendría derecho a tomarse de baja maternal si hubiera estado cotizando a la Seguridad Social previamente o si estuviera dada de alta en el paro. Este periodo es corto si lo comparamos con otros países europeos. En Suecia, por ejemplo, la madre puede tomarse dieciséis meses de baja y el padre, como mínimo, noventa días.

“Efectivamente es complicado el tema laboral, estando y antes de estar embarazada, y pienso que el Gobierno no facilita nada esta situación”

A María no le va a resultar nada fácil incorporarse al mercado laboral, y lo sabe. También ella opina que el Gobierno español no ofrece ningún tipo de facilidades a los padres o a quienes desean serlo. En su caso, explica que está utilizando sus ahorros para mantenerse, pues estando embarazada no es fácil encontrar un empleo. Por suerte, cuenta con la ayuda de su pareja. Él es sueco y, por tanto, recibirá de su país un porcentaje de su sueldo durante un año completo, durante el que podrá dedicarse al cuidado de su hija.
María no solo sabe que le será difícil encontrar un trabajo, sino que además cree que, si tuviera uno, hubiera tenido mucho más miedo de quedarse embarazada: “creo que me será bastante más difícil encontrar trabajo con una niña de cuatro meses y además terminar mi máster. Pero también pienso que, si estuviera firmemente incorporada al mercado laboral, me sería mucho más difícil tomar la decisión de tener un bebé por miedo a que esto afectara a mi trabajo”.
Aunque tienen visiones de su futuro como madres muy diferentes, ambas coinciden en un punto: las tareas del hogar no recaen solo sobre ellas, también son responsabilidad de sus parejas. “No pienso, para nada, que el tema de las labores del hogar sea un tema únicamente de la mujer, ya que el mejor ejemplo lo tengo en casa. Sobre todo, ahora en el embarazo, es él quien trabaja y lleva la casa”, explica Ana. También María cree que “la sociedad está cada vez más concienciada y los hombres asumen un papel esencial en la crianza de un hijo y el sostenimiento del hogar”.

Dos madres, dos estilos de vida

También tienen opiniones distintas sobre este tema Marta y Ruth, dos madres de generaciones diferentes cuya situación laboral también es diferente.
Ruth tiene dos hijos, uno de ellos ya independizado, y nunca ha podido permitirse el lujo de dejar de trabajar para pasar más tiempo con ellos. “Siempre tengo la sensación de que perdí muchos momentos con mis hijos por trabajar”, se lamenta. Ruth, que es cocinera, trabajaba antes de quedarse embarazada y solo dejó de hacerlo cuando el avanzado embarazo comenzó a suponer una dificultad. Ruth explica que la vida le cambió, porque “un hijo es un trabajo continuo” y no es fácil compatibilizarlo con un empleo.

“Los hijos te harán sonreír miles de veces, pero solo los verás crecer una vez”

La situación laboral de España se lo puso aún más difícil y tuvo que emigrar a Alemania para poder mantener a su familia. Ella considera que debe haber una mejora en las leyes para que las madres puedan permitirse, por ejemplo, costearse una guardería y poder irse a trabajar sin tener la preocupación de buscar a alguien con quien dejar a su hijo. También cree que “la sociedad española sigue siendo machista, y que las leyes no ayudan a cambiar esta situación”.

Los hombres cada vez están más implicados en las tareas del hogar. (Foto: RM/Flickr)
Los hombres cada vez están más implicados en las tareas del hogar. (Foto: RM/Flickr)

Quizá por la diferencia generacional, Ruth no está de acuerdo con la idea de que el hombre participa de igual manera que la mujer en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, y cree que esto es un hecho que debe cambiar para que realmente las mujeres puedan compaginar su vida laboral con la familiar. Y puede que tenga razón: un estudio publicado en 2014 por economistas de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), muestra que el 70% de las horas de trabajo doméstico es realizado por las mujeres, a pesar de que la diferencia entre las horas que cada sexo dedica al trabajo fuera de casa es muy pequeña. «La distribución desigual de las tareas domésticas es uno de los factores más importantes que existen detrás de la desigualdad laboral de género», explica Fedea.
Marta, por otro lado, tiene un hijo pequeño y de momento emplea su tiempo exclusivamente a cuidar de él. Tiene 31 años y es educadora infantil, profesión a la que se dedicaba antes de dar a luz a su hijo. “Los hijos te harán sonreír miles de veces, pero solo los verás crecer una vez”, opina.
Marta es otro ejemplo de que, si las circunstancias lo permiten, hay madres que deciden abandonar el mercado laboral para poder emplear todo su tiempo en criar a sus hijos.
Aunque con dos estilos de vida diferentes, Marta y Ruth coinciden en una cosa: poder compartir momentos con sus hijos es lo más importante, y a veces compatibilizar el trabajo con eso no es posible.

Mejoras laborales

El Club Malasmadres denuncia que la situación laboral en España es muy complicada para las mujeres y que, además, el reparto de tareas “invisibles”, como llaman a las tareas del hogar, aún no es equitativo y sigue siendo algo que se asocia con el mundo femenino.
Y es cierto que muchas mujeres se encuentran con grandes obstáculos a la hora de trabajar y sacar una familia adelante. También es cierto que, aunque quizá no en las generaciones más jóvenes, en muchas familias el peso del hogar sigue recayendo sobre la mujer.

Son muchas las mujeres que piden mejoras laborales. (Foto:Francisco Seco/AP)
Son muchas las mujeres que piden mejoras laborales. (Foto:Francisco Seco/AP)

Pero no podemos olvidar que ser trabajadora, como ser madre, es una opción, siempre que las circunstancias lo permitan. Por tanto, la lucha de esta asociación por mejorar las condiciones laborales de las mujeres es muy necesaria, pero hay que recordar que también hay madres que pueden y quieren dedicar su tiempo en exclusiva al cuidado de sus hijos.
Estas cuatro mujeres tienen situaciones laborales y familiares muy distintas, pero todas coinciden en algo: la opción de vida que han elegido es tan válida como cualquier otra, y para aquellas que deciden, o tienen que trabajar, las leyes deberían cambiar para mejorar su situación laboral e igualarla, de manera real, a la de los hombres.

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