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Argentina se moviliza a un mes de la desaparición del activista Santiago Maldonado

Al cumplirse un mes sin pistas sobre el paradero del activista Santiago Maldonado en la Patagonia argentina, organizaciones de defensa de derechos humanos convocaron este viernes a una marcha en Buenos Aires por un caso que complica al gobierno de Mauricio Macri.

Argentina se moviliza a un mes de la desaparición del activista Santiago Maldonado

Reuters

Al cumplirse un mes sin pistas sobre el paradero del activista Santiago Maldonado en la Patagonia argentina, organizaciones de defensa de derechos humanos convocaron este viernes a una marcha en Buenos Aires por un caso que complica al gobierno de Mauricio Macri.

La falta de respuestas sobre la desaparición de Maldonado en el marco de una protesta de indígenas mapuche y la apresurada defensa del accionar de Gendarmería en la represión de la manifestación por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, despertó los peores demonios sobre desaparecidos en la sociedad argentina, reseña AFP.

Esta será la segunda marcha por el caso del joven de 28 años.

Maldonado, que había llegado a la Patagonia como mochilero, se sumó a la manifestación mapuche ya que era un activista de causas que consideraba justas, según indican familiares y amigos.

«A Santiago se lo llevó la Gendarmería», aseguró Stella Maris Peloso, la madre de Maldonado, quien desestimó que su hijo sea un militante político.

La familia Maldonado pide que Santiago aparezca y denuncian que «estas cosas no pueden pasar» en Argentina, un reclamo que gana solidaridad en un país donde la defensa de los derechos humanos es un valor que trasciende banderas de partidos políticos.

«¿Dónde está Santiago? Aparición con vida», son lemas que se viralizaron en redes sociales y cuelgan en afiches de escuelas, hospitales y estaciones de transporte.

Para la marcha de este viernes sumaron la frase «el Estado es responsable», reflejo del problema para el gobierno de Macri, sospechado por buena parte de la ciudadanía de que tuvo que ver con la desaparición de Maldonado.

«Es dramático que en la democracia más larga de nuestra historia tengamos que anunciar una desaparición forzada de persona», dijo la referente en derechos humanos Estela de Carlotto, presidente de Abuelas de Plaza de Mayo.

Como los organismos humanitarios, la fiscalía también calificó la causa como «desaparición forzada». La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió al Estado esclarecer el caso.

Despertaron viejos demonios

En un país polarizado, los seguidores de Macri acusan a los simpatizantes del anterior gobierno de Cristina Kirchner de armar una campaña para dañar al gobierno y los detractores del presidente comparan su accionar en derechos humanos con la dictadura militar, que dejó miles de desaparecidos entre 1976 y 1983.

Santiago Maldonado, blanco, de ojos claros, delgado, de barba y cabellera rasta, fue visto por última vez el 1 de agosto en un operativo de la gendarmería (policía militarizada) en la comunidad mapuche Pu Lof de Chubut (sur), tierras que son foco de constantes manifestaciones luego de su compra hace unos 20 años por el magnate italiano Luciano Benetton.

Muestra del impacto que tiene la desaparición de Maldonado fue que el tema alcanzó al mundo del fútbol, con equipos y jugadores llevando banderines o camisetas que preguntan: «¿Dónde está Santiago?».

«El Estado debe poner a disposición los máximos esfuerzos para encontrar a Maldonado, más aún si se tiene en cuenta que Santiago desapareció en el marco de una protesta social donde intervino Gendarmería», advirtió Mariela Belski, directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

La ministra Bullrich sostiene que los primeros rastreos no se pudieron hacer en tiempo y forma por los obstáculos que pusieron miembros de la comunidad mapuche en el lugar de los incidentes, y puso en duda que Maldonado estuviera en la manifestación del 1 de agosto. Pero videos, fotos y testimonios de la familia y amigos refutan esa hipótesis.

«El pacto en Argentina posterior a 1983 es que el Estado no puede ejercer un nivel de violencia que haga daños a la vida o la integridad de las personas. Cada vez que ese pacto se violó, generó un gran revuelo y una gran conmoción en la sociedad», explicó a la AFP el antropólogo Alejandro Grimson, docente en el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES).

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