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Científicos descubren un gusano capaz de comer plástico

Científicos han descubierto que una oruga criada comercialmente para cebo de pesca tiene la capacidad de biodegradar el polietileno, uno de los plásticos más duros y más utilizados que se encuentra con frecuencia obstruyendo los vertederos en forma de bolsas de plástico. Federica Bertocchini, investigadora del CSIC, ha publicado en la revista Current Biology un descubrimiento que podría suponer una mejora radical del medio ambiente: un gusano que come plástico, el mismo material que ahora mismo está devorando y ahogando nuestros océanos.

Científicos descubren un gusano capaz de comer plástico

Científicos han descubierto que una oruga criada comercialmente para cebo de pesca tiene la capacidad de biodegradar el polietileno, uno de los plásticos más duros y más utilizados que se encuentra con frecuencia obstruyendo los vertederos en forma de bolsas de plástico. Federica Bertocchini, investigadora del CSIC, ha publicado en la revista Current Biology un descubrimiento que podría suponer una mejora radical del medio ambiente: un gusano que come plástico, el mismo material que ahora mismo está devorando y ahogando nuestros océanos.

Una bolsa de plástico tarda unos 100 años en desaparecer, ya que están fabricadas con polietileno de baja densidad, y en el caso de las más densas y resistentes, pueden tardar hasta 400 años en desaparecer. Actualmente, para eliminar este plástico se utilizan procesos de varios meses que implican elementos químicos corrosivos, como el ácido nítrico, pero gracias a los científicos del CSIC se ha descubierto un inesperado método que ayudaría a lidiar con este problema: los gusanos que normalmente se alimentan de la miel y la cera de los paneles de las abejas es también capaz de degradar el polietileno.

El descubrimiento se produjo de manera casual cuando un miembro del equipo científico, Federica Bertocchini, un apicultor aficionado del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (CSIC), estaba removiendo las plagas parasitarias de los paneles en sus colmenas. Los gusanos se mantuvieron temporalmente en una bolsa de plástico que en poco tiempo quedó agujereada.

En colaboración con Paolo Bombelli y Christopher Howe, de la Universidad de Departamento de Bioquímica de Cambridge, llevaron a cabo un experimento cronometrado. Un centenar de gusanos de cera fueron expuestos en una bolsa de plástico de un supermercado del Reino Unido. Los agujeros comenzaron a aparecer después de 40 minutos, y tras 12 horas se produjo una reducción de la masa de plástico de 92 mg de la bolsa.

Según los científicos, la tasa de degradación es muy rápida en comparación con otros descubrimientos recientes, como las bacterias reportadas el año pasado que biodegradaban algunos plásticos a una velocidad de tan sólo 0,13 mg por día.

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