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Madrid pone fin a los patinetes en las aceras y rebaja a 30 km/h la velocidad máxima de los coches

Los patinetes eléctricos, que han pasado en pocos meses de ser un elemento marginal en la movilidad madrileña a ser un habitual de las calles del centro, se someten desde este miércoles a una normativa municipal que, además de expulsarlo de la acera, exige a las empresas de alquiler una autorización específica.

Madrid pone fin a los patinetes en las aceras y rebaja a 30 km/h la velocidad máxima de los coches

Los patinetes eléctricos, que han pasado en pocos meses de ser un elemento marginal en la movilidad madrileña a ser un habitual de las calles del centro, se someten desde este miércoles a una normativa municipal que, además de expulsarlo de la acera, exige a las empresas de alquiler una autorización específica. La nueva ordenanza también establece un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora en la calles de un solo carril, que son el 85% de las carreteras de la capital.

Tras varios meses de crecimiento de su uso pese a la indefinición normativa, desde este miércoles los patinetes eléctricos deberán cumplir una regla con la que el Ayuntamiento de Madrid busca que su expansión no cercene el espacio de los peatones.

Desde la implantación en agosto de los patinetes de renta compartida de Lime, se han realizado en la capital 100.000 desplazamientos con ellos, que conviven con los de la firma VOI, y en las próximas semanas lo harán con nuevas empresas que esperaban la aprobación de la normativa municipal para operar en Madrid. Tanto veteranas como nuevas firmas tendrán que solicitar al Ayuntamiento una autorización y cumplir requisitos como la contratación de un seguro de responsabilidad civil.

A su vez, la administración buscará un despliegue territorial «equilibrado» de estos sistemas de forma que las empresas se repartan por Madrid. Para ello, elaborará un mapa de las zonas donde opere cada una de las compañías con el objetivo de alcanzar una distribución mejor y que no se saturen los distritos donde haya un mayor interés por llevar los patinetes, entre ellos el Centro, según han indicado a la agencia Efe desde el Ayuntamiento de Madrid.

Además, las empresas tendrán que informar al Ayuntamiento de Madrid del número de patinetes con que cuentan y dónde están instalados, mientras que ahora el Consistorio no ofrece datos de cuántos vehículos de este tipo hay en la capital. Sin embargo, la administración no cobrará una tasa a las empresas por ocupación del espacio público, a diferencia de lo que hace, por ejemplo, con los bares que cuentan con terrazas.

La previsión es que la entrada en vigor en noviembre de Madrid Central, la nueva área de prioridad residencial, impulse aún más el uso de este vehículo no contaminante que llega allí donde los coches tienen el acceso restringido. Pese a que el Gobierno municipal fomenta el uso del transporte público, la bicicleta y los vehículos no contaminantes, también trabaja para que estos vehículos de movilidad personal (VPM) no compitan con los peatones: desde este miércoles regula igualmente su aparcamiento para garantizar el espacio del peatón.

El Gobierno municipal de Manuela Carmena planea campañas de concienciación para difundir esta normativa y además multará a quien se la salte. La normativa equipara estos nuevos vehículos a la bicicleta. Con un patinete eléctrico o monopatín se podrá ir prácticamente por todas las calles de Madrid (las que tengan el límite de velocidad en 20-30 kilómetros por hora) y también por los carriles bici, pero a las aceras solo podrán subir los que no tengan motor y no superen los 5 kilómetros por hora.

Una medida bien recibida por Lime, empresa que considera positiva una regulación que permitirá circular con patinete eléctrico por la mayor parte de las calles de Madrid y ofrece mayor seguridad. «Estos vehículos contribuyen a descongestionar las ciudades y a hacer de ellas un sitio más humano. Están pensados para aquellos trayectos que son demasiado largos para recorrerlos andando y cortos para el coche, aunque un tercio de nuestros clientes habría usado el coche», han indicado a la agencia Efe desde esta empresa.

Los patinetes eléctricos tendrán que aparcar en las reservas que compartirán con las bicicletas, pero, de no haber -y casi no las hay- podrán estacionarlas en las aceras siempre que dejen más de tres metros de ancho libre. Lo harán en paralelo al bordillo en aceras de menos de seis metros y, de tener más, en semibatería. Además, será obligado dejar cinco metros de espacio libre tanto en la acera como en la calzada junto a los pasos de peatones.

«A través de la aplicación enviamos notificaciones al usuario y le indicamos la manera en que se tiene que aparcar, porque lo que se pretende es que ocupen lo menos posible. Pero en último término hay que apelar a la responsabilidad de las personas», han indicado desde la empresa.

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