Moix dimite como fiscal jefe Anticorrupción tras el escándalo de la cuenta offshore

Manuel Moix ha presentado su dimisión irrevocable este jueves al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, alegando motivos personales, según ha informado este último en una comparecencia ante los medios de comunicación. La renuncia de Moix se produce en medio de la polémica suscitada en los últimos días tras hacerse público que tiene una participación en una cuenta opaca familiar en Panamá.

«Sería de justicia que siguiera ejerciendo el cargo que ha venido realizando durante este breve tiempo a plena satisfacción, al menos por mi parte, pero como me ha alegado razones personales, no puedo insistirle en que se quede», ha explicado Maza en una breve comparecencia, celebrada tras el encuentro mantenido con el hasta ahora fiscal jefe Anticorrupción, a quien ha apoyado en todo momento. A juicio del fiscal general, Moix no ha incurrido en ninguna ilegalidad y tampoco tenía obligación de informarle sobre la cuenta familiar en Panamá cuando propuso para ocupar el puesto de fiscal jefe de Anticorrupción el pasado mes de febrero.

El pasado martes, el diario Infolibre publicó que Moix tiene desde 2012 una participación del 25% una sociedad offshore en Panamá llamada Duchesse Financial Overseas, junto con sus tres hermanos y heredada de sus padres. La empresa, de la que el Moix ha asegurado en todo momento no haber tenido conocimiento hasta el fallecimiento de sus progenitores, en 2008 y 2011, es propietaria a su vez de un chalé en la localidad madrileña de Collado Villalba, valorado en unos 550.000 euros.

Acosado por las críticas

La situación de Moix se fue complicando a partir de ese momento, no sólo por el revuelo mediático sino también por las críticas recibidas por parte de sus propios compañeros. La Unión Progresista de Fiscales (UPF) emitió un duro comunicado en el que expresaba su preocupación por la imagen de la institución y sugería la necesidad de que Moix presentara su dimisión.

Después fue la Asociación de Fiscales la que emitió su propio comunicado en el que, tras recordar que apoyó el nombramiento de Manuel Moix y subrayar que «no se cuestiona en ningún momento la legalidad» de su actuación, «sí advierte esta asociación que las últimas informaciones suponen un menoscabo para la imagen de la Carrera Fiscal». El texto finalizaba indicando que lo ocurrido había comprometido la imagen de imparcialidad de la institución y, por lo tanto, «esta asociación considera que el actual Fiscal jefe Anticorrupción debe poner su cargo a disposición del Fiscal General del Estado».

A estas condenas por parte de los propios fiscales se sumaron las reiteradas críticas de los partidos de la oposición que, en el caso del PSOE, pidió este miércoles las comparecencias del ministro de Justicia, Rafael Catalá, y del fiscal general del Estado en el Congreso. Desde las filas del PP y del Gobierno, también en la tarde del miércoles quedó patente el distanciamiento con el fiscal cuestionado. «Cuando se trata de nombramientos de la Fiscalía, es a la Fiscalía a quien le corresponde esos nombramientos y las situaciones administrativas que afectan a los fiscales», dijo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la tarde del miércoles a preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso.

Horas antes, el propio Moix reconoció en una entrevista en Onda Cero que no había «medido bien» la repercusión que podía tener el hecho de contar con una participación en una sociedad radicada en Panamá, pero «declarada» a Hacienda. Sobre si tenía pensado dimitir, dijo que había «reflexionado mucho» y que esperaría a reunirse este jueves con el Fiscal General para tomar una decisión, precisando que «no tengo apego al cargo».