Muere George, el caracol más solitario del mundo y el último de su especie
El caracol George ha pasado a mejor vida. Tras sus aproximadamente 14 años de vida solitaria, el último ejemplar conocido de la especie Achatinella apexfulva, nativa de la isla Oahu, Hawái, ha acabado muriendo el día de Año Nuevo sin dejar descendencia. Su nombre rendía homenaje a Solitario George, la última tortuga gigante de las Galápagos.
El caracol George ha pasado a mejor vida. Tras sus aproximadamente 14 años de vida solitaria, el último ejemplar conocido de la especie Achatinella apexfulva, nativa de la isla Oahu, Hawái, ha acabado muriendo el día de Año Nuevo sin dejar descendencia. Su nombre rendía homenaje a Solitario George, la última tortuga gigante de las Galápagos.
Hace 21 años, los últimos diez caracoles conocidos de Achatinella apexfulva fueron llevados a un laboratorio de la Universidad de Hawai. Aunque se produjeron algunos descendientes adicionales, todos murieron excepto George, que sobrevivió en solitario durante 14 años, según ha anunciado el Departamento de Tierras y Recursos Naturales de Hawái (DLNR), en un comunicado de prensa.
El biólogo del Programa de Invertebrados de Hawái, David Sischo, lo describió como «un caracol tímido» y dijo que nunca lo había visto fuera de su concha hasta cumplir los 10 años. Aunque George tuviera nombre de chico, en realidad era hermafrodita, pero su especie necesitaba un compañero para reproducirse.
De las más de 750 especies de caracoles terrestres que habitan las islas de Hawái, la Achatinella apexfulva fue la primera en ser descrita por la ciencia. Ocurrió en 1787, cuando el explorador George Dixon recibió un collar lei adornado con las conchas de estos moluscos. Apex fulva significa «punta amarilla», un rasgo común de estos caracoles.
La última esperanza de supervivencia de esta especie es una muestra de tejido de George que se conserva congelada desde 2017 en los laboratorios del Zoológico de San Diego. Actualmente no es posible clonar un caracol, «pero algún día será posible», asegura el DLNR.
«Lamentablemente, el fallecimiento de George también es un presagio de lo que vendrá para el resto de nuestros Kāhuli (caracoles de árbol) si no se hace más para protegerlos de las especies invasoras y el cambio climático. Muchos de los caracoles terrestres que quedan en la isla se enfrentan a una extinción inminente», lamenta el DLNR en Facebook.
