Un estudio exige a la flota de Reino Unido que coloque monitores y controle la sobrepesca

Toda la flota pesquera de Reino Unido debería estar equipada con monitores electrónicos para proteger a las poblaciones de peces de la sobrepesca, de la mala gestión y de desembarcos ilegales de pescado, según han exigido los activistas en un estudio de WWF. Estos equipos deberían estar ya instalados cuando el Brexit se haga efectivo, recoge el informe.

«A medida que el Reino Unido se prepara para abandonar la Unión Europea, debemos aprovechar la oportunidad para convertirnos en un líder mundial en la pesca sostenible. Por el momento, simplemente no sabemos lo suficiente sobre lo que está sucediendo en nuestros barcos de pesca o cuántos peces se están sacando de nuestros mares, y eso está poniendo en riesgo los trabajos, las poblaciones de peces y los preciados mares del Reino Unido», ha subrayado la gerente del programa de pesca de la organización benéfica, Helen McLachla.

WWF ha argumentado que, sin un seguimiento adecuado a través de los monitores, existe el peligro de que se realicen prácticas ilegales, sobretodo si los barcos no informan ni realizan las declaraciones correctas sobre las capturas y la actividad pesquera.

La tecnología de monitores remotos está en la actualidad ampliamente disponible para los barcos de pesca, pero a menudo no se instala. En otras ocasiones, como señala este estudio de WWF, los pescadores saturan el medidor de los aparatos —para evitar que funcionen— y sobrepasan los límites de pesca permitidos.

Normalmente no se realizan inspecciones de control, por lo que no hay datos para saber si los buques de pesca cumplen con el reglamento sobre las cantidades de pesca. Sin estos monitores, la única forma de certificar las capturas es confiar en los propios informes de los buques, en las observaciones parciales de los satélites y en las revisiones que se realizan ocasionalmente en tierra de las capturas, las redes y las prácticas.

 

 

Uno de los activistas ha testificado ante el WWF que se negó “a hacer otro viaje» de control de la pesca. «Fue una experiencia aterradora, debido a las malas condiciones del buque y además, uno de los tripulantes me amenazó violentamente al llegar a tierra, ya que si denunciaba, la pérdida del contrato supondría un enorme coste al barco y a la tripulación», recoge el informe.

WWF ha denunciado que las respuestas a las preguntas parlamentarias muestran que menos del 1% de los traslados de pesca, emprendidos por la flota pesquera inglesa, habían sido sometidos a un control electrónico remoto, en el periodo de tiempo de año 2014 al 2016, con una cifra para los buques escoceses algo mayor, del 3,7%.