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Los taxistas romanos reciben clases de “cortesía”

Roma es famosa por sus monumentos históricos, sus pizzas y pasta, su moda, el clima y, por supuesto, sus helados pero los taxistas no suelen ser los que obtienen las mejores calificaciones por parte de los turistas. Con un tráfico como el romano no es de extrañar que sus taxistas sean más bordes de lo habitual.

Los taxistas romanos reciben clases de “cortesía”

Roma es famosa por sus monumentos históricos, sus pizzas y pastas, su moda, el clima y, por supuesto, sus helados pero los taxistas no suelen ser los que obtienen las mejores calificaciones por parte de los turistas. Con un tráfico como el romano no es de extrañar que sus taxistas sean más bordes de lo habitual. De hecho, muchos de los visitantes dejan críticas en las redes sociales debido al trato o incluso estafas por parte de los conductores que prometen recorridos pintorescos no solicitados por los clientes para aumentar el monto del taxímetro.

Por esta razón, Maria Cristina Selloni, directora del departamento municipal de turismo, ha desarrollado un programa de estudios de “Cortesía, hospitalidad, idioma y excelencia” para cambiar esta imagen. El curso de seis semanas tiene el objetivo de mejorar la forma en la que los taxistas atienden a los clientes extranjeros. Incluye además cómo proveer información básica en distintos idiomas, clases de geografía, historia, tradiciones, requisitos de viaje “y metidas de pata culturales”, así como algunos consejos que no necesariamente son de utilidad en un viaje cualquiera, según un artículo de The New York Times.

“Quizá es mucho pedir que tengan conocimientos profundos de historia del arte”, ha dicho Selloni para el mismo medio, quien ha añadido que “sin embargo, sería bueno que ofrecieran algunas anécdotas, además de consejos sobre qué muestras o exposiciones deberían ver los visitantes, así como un poco de conversación”.

Ya 750 de los seis mil taxistas se han apuntado y el departamento de turismo de la ciudad espera que ese número aumente. En ocasiones anteriores, el mismo ente ha hecho programas de ese tipo para el personal de los hoteles y las empresas privadas de hospedaje, como Airbnb.

Entre las costumbres e idiomas que incluyen las clases destacan el chino y el árabe debido a un importante aumento de turistas de China y Medio Oriente. “Alguien tiene que decirle al pobre taxista que no puede ser el primero en darle la mano a una mujer árabe ni tocar el equipaje de alguien de China salvo que la persona lo autorice”, ha comentado Selloni, quien hizo notar que la Unión Europea había nombrado el 2018 como “El año del turismo entre la Unión Europea y China”, y que Roma esperaba recibir a muchos visitantes asiáticos.

“Casi la mitad del curso está destinado a los idiomas, principalmente el inglés -con frases como ‘tenga un buen día’, ‘embotellamiento’, y ‘por favor, no fume en el taxi’- , así como el árabe y el mandarín”, ha añadido la funcionaria el ayuntamiento.  Alrededor de 14 millones de turistas visitan Roma cada año.

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