THE OBJECTIVE
Lifestyle

Concha Velasco y 'La ternura' reinan en los Premios Max de teatro

La gala, presupuestada con 250.000 euros, se ha celebrado en Valladolid, la ciudad con más teatros por ciudadano de España

Concha Velasco y ‘La ternura’ reinan en los Premios Max de teatro

Dulzainas, tractores, espigas y amapolas; espíritu libertario y reivindicación del teatro y la danza pero también de la visibilidad la mujer y de la necesidad de diálogo han punteado esta noche la gala de entrega de los XXII Premios Max, en la que La ternura se ha alzado como Mejor Espectáculo Teatral.

Por primera vez en sus 22 ediciones, los Max se han celebrado en Castilla y León, en el Teatro Calderón de Valladolid, la ciudad con mayor ratio de teatros por población –6 por 300.000 habitantes–, y actores de tanto prestigio como Concha Velasco, que recogió, «después de muchos años» de esperarlo, el Max de Honor.

De hecho, todos los participantes en el espectáculo, excepto Silvia Pérez Cruz, son de esa comunidad, según subrayaba la directora de la gala, Ana Zamora, que ya había advertido que no sería una ceremonia de «chistes» sino un «experimento teatral de gran densidad», con «personalidad castellanoleonesa» y la máxima «la fiesta de la libertad» por bandera.

En dos horas y diez de espectáculo, transmitido por La 2, han pasado por su escenario músicos como Silvia Pérez Cruz, Nuevo Mester de Juglaría, La Moda, Agapito Marazuela, Eliseo Parra y Amancio Prada y actores como Ginés García Millán, Charo López y Marta Poveda, que han cantado y recitado textos de Cervantes, Luis Rosales, María Zambrano, Miguel Hernández, Calderón o García Lorca.

En su intervención, Ana Graciani, directora de la Fundación SGAE, organizadora de los premios, ha exigido al nuevo Gobierno que el teatro y la danza se implanten como asignaturas en el colegio; ha lamentado que la autoras de obras sean solo un 18 por ciento del total y ha anunciado la creación del premio Ana Diosdado de autoría femenina.

La presidenta de la SGAE, Pilar Jurado, ha defendido la gestión de su equipo al frente de una entidad que, ha subrayado, ha emprendido una nueva etapa de la que la sociedad, los autores y editores «pueden sentirse orgullosos»: «La situación ha cambiado. Hemos hecho los deberes».

Jurado se ha emocionado al presentar el Max de Honor a Concha Velasco, una mujer «creadora y libre», y la vallisoletana ha destacado al recibirlo que le había costado «muchos años» que se lo diesen. «No se por qué, seguramente porque no me lo merecía», ha bromeado.

Aunque no era candidata en ninguna otra categoría, la obra de Alfredo Sanzol La ternura, un proyecto de investigación sobre los versos de Shakespeare, se ha llevado el galardón teatral más importante. «Llevamos 20 años trabajando juntos y este espectáculo es el resultado de la lealtad, el tesón y el trabajo en equipo», ha destacado Sanzol.

La ceremonia ha empezado con una jota del segoviano Agapito Marazuela, «un ejemplo de compromiso con la libertad», según el actor Fernando Cayo, presentador de la gala, que tenía un presupuesto de unos 250.000 euros.

Los primeros premios en fallarse han sido los de danza: el de Mejor Intérprete Femenina ha sido para Eva Yerbabuena por Cuentos de azúcar y Daniel Doña se ha llevado el de Mejor Intérprete por Psique.

El escenario, en colores azules y dorado, con hierba, amapolas y pacas de trigo en el suelo, ha recibido acto seguido a Sharon Fridman, premiado por la Mejor Coreografía por Erritu.

La compañía de Rocío Molina obtuvo el de Mejor Espectáculo de Danza por Grito pelao y Silvia Pérez Cruz se llevó el de Mejor Composición Musical precisamente por su trabajo en esa obra.

La catalana explicó al recogerlo que le había costado «bastante» hacer esa música, nacida «de mirar a Rocío Molina ser madre soltera; a la homosexualidad; a la fecundación in vitro… cosas a las que nunca había cantado».

Daniel J. Meyer, premio a la Mejor Autoría Teatral por AKA (Also Known As), advirtió en su discurso, remedando el texto de Bertolt Brecht, que «vendrán a por raperos, tuiteros y presentadores», y han animado a luchar por la libertad de expresión.

El Max a la Mejor adaptación teatral fue para Jordi Prat i Coll por Els Jocs florals de Canprosa, una obra del Teatre Nacional de Catalunya (TNE), que partía con cuatro candidaturas y se ha quedado solo con este. «Es muy triste un país en el que se intenta llevar a los tribunales a personas por hacer humor», ha señalado el galardonado.

La Mejor Autoría Teatral fue para Josep María Miró i Coromina por Temps salvatge, también del TNC, que se ha llevado dos premios de los cinco a los que aspiraba.

En nombre de Miró han leído un texto en el que éste se pregunta si es «un territorio bonito para vivir» aquel en el que hay «quien está privado de libertad por defender determinadas ideas».

María Hervás, Mejor Actriz Protagonista, ha revelado que los candidatos habían recibido un email pidiéndoles que el agradecimiento superara el minuto, y ella ha tenido dos ocasiones para hablar porque, también por Iphigenia en Vallecas, se ha llevado el Max a Mejor Espectáculo Revelación.

El premio para Mejor Actor Protagonista ha sido para Albert Salazar, por AKA (Also Known As), y Xavier Albertí se ha llevado el de Mejor Dirección de Escena por Temps Salvatge: «Vivimos un tiempo salvaje en el que los verdaderos patriotas somos los artistas».

El premio a Mejor Espectáculo de Calle fue para Flotados, de Cia David Motreno & Cristina Calleja. «Quería decir –ha señalado Moreno en su agradecimiento– que sóc un català molt català y Cristina Calleja, una castallena muy castellana, ¿quién dijo alguna vez que no nos podíamos entender?».

 

Una crónica de Concha Barrigós para la agencia EFE.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D