Tras años de intentos por prohibir las pintadas en la Gran Muralla, China se rinde. Las autoridades permitirán a los turistas grabar sus nombres en las paredes de uno de sus tramos. El objetivo es que dejen de hacerlo en el resto del monumento.
Tras años de intentos por prohibir las pintadas en la Gran Muralla, China se rinde. Las autoridades permitirán a los turistas grabar sus nombres en las paredes de uno de sus tramos. El objetivo es que dejen de hacerlo en el resto del monumento.
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