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Madrid se enfrenta al problema medioambiental de los árboles dañados por Filomena

Madrid se enfrenta al problema medioambiental de los árboles dañados por Filomena

GABRIEL BOUYS | AFP

Dos meses después de Filomena, Madrid se encuentra con cientos de miles de árboles dañados, todo un problema medioambiental en una ciudad enfrentada a un problema crónico de contaminación del aire.

En contexto: durante el mes de enero, los madrileños vivieron la tormenta Filomena, que en 30 horas de precipitaciones ininterrumpidas dejó la mayor nevada en al menos medio siglo. Pero, disfrute aparte, el peso de la nieve acumulado en las ramas destruyó cientos de miles de árboles, en una ciudad cuyo ayuntamiento presume de más de 1,7 millones de ejemplares solo en espacios públicos.

«Hay 800.000 árboles más o menos que de alguna u otra manera están afectados y de esos, unos 120.000 árboles no se van a poder recuperar porque cayeron en su totalidad o porque ahora hay que talarlos», ha comentado Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente en el ayuntamiento de la capital de España, a la agencia AFP.

La peor suerte se la llevó la Casa de Campo, una gigantesca extensión de 1.535 hectáreas en el oeste de la capital, dotada de 700.000 árboles. Medio millón de árboles, muchos de ellos pinos, resultaron dañados, y uno de cada cinco quedó completamente destruido.

Y es que el mayor daño lo sufrieron los árboles de hoja perenne, como pinos, cedros y encinas, cuyas agujas y hojas retuvieron en más cantidad la nieve -hasta cinco o seis toneladas- y cedieron bajo su peso. Los árboles «están preparados para el viento que hace en Madrid y para cuando llueve (…) Pero no están preparados para esta nevada. Fueron cargándose y la madera no fue capaz de soportar todo el peso», explica Carabante.

En el céntrico parque de El Retiro, el 70% de sus 17.400 árboles resultaron dañados, de los cuales unos mil quedaron completamente destruidos o se vieron arrancados de cuajo por el peso soportado por las copas.

Ahora bien, ¿cuál es el impacto medioambiental que tendrá en la ciudad el daño sufrido en las numerosas zonas verdes? Los árboles son de un gran valor para la calidad del aire, ya que retienen el dióxido de carbono y filtran la polución. Igualmente reducen el calentamiento urbano, un fenómeno que previsiblemente irá en aumento si se acelera el cambio climático.

Expertos y operarios llevan dos meses trabajando para ver qué árboles han quedado sanos o inservibles. «Vamos camino de las 21.000 toneladas de restos recogidos», ha asegurado Antonio Morcillo, subdirector general de conservación de zonas verdes del ayuntamiento de Madrid.

El trabajo urgente ya ha concluido, pero los expertos seguirán atentos a los especímenes dañados, matiza Fernández Santos. «Hay muchos árboles que quedan en pie, pero se quedan muy dañados (…) en el futuro pueden ser la puerta de entrada para enfermedades y plagas, entonces ese arbolado quedaría más debilitado y más vulnerable ante futuras tormentas o eventos climáticos extremos», explica.

De momento, un comité de expertos creado por el ayuntamiento está estudiando la estrategia de reforestación, que se presentará en los próximos meses, y podría incluir una menor práctica de las podas.

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