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El perfil del delincuente de odio: español, joven, consumidor de droga y con educación básica

El perfil del delincuente de odio: español, joven, consumidor de droga y con educación básica

Tom Sodoge | Unsplash

Español, joven, consumidor temprano de drogas, con educación básica, maltratado por sus progenitores o tutores, desempleado generalmente y miembro de grupos ultras. Ese es el perfil del delincuente de odio, que actúa para buscar emociones, por venganza o para defenderse de los extranjeros que invaden su territorio, según el estudio que ha presentado este martes la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, en colaboración con investigadores de la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad (FIADYS).

Lo más importante: el retrato del delincuente de odio es el de un hombre español, soltero o sin pareja, que convive con su familia, con un nivel educativo básico, sin trabajo remunerado o con escasos ingresos. Asimismo, el 66,7% tiene entre 18 y 30 años de edad y, a medida que la edad aumenta, el porcentaje disminuye hasta desaparecer en el grupo de mayores de 60 años.

Dentro de este perfil, tan solo dos de cada diez es independiente de su familia o vive en pareja. En el 48,5% de los casos, tiene el graduado escolar y el 27,3% ni siquiera ha obtenido esa titulación de educación básica. Con relación a la situación laboral, el 33,3% cuenta con un trabajo por cuenta ajena o es autónomo y el resto está desempleado o en otras situaciones. En lo relativo al perfil criminológico, el 70% son consumidores de substancias tóxicas, con una edad de inicio alrededor de los 15 años, pero no cuentan con un historial delictivo previo de gravedad y son violentos con personas ajenas a su núcleo familiar o de amigos.

En este sentido, más de un tercio ha reconocido haber sufrido maltrato físico o psicológico por parte de sus padres u otros familiares y la mayoría se relaciona con un grupo de ideología de odio (neonazis, ultras de fútbol u otros).

El estudio se ha presentado este martes en la primera sesión de las jornadas organizadas por la Universidad Pontificia de Comillas sobre «la aplicación de la evidencia científica en el tratamiento penitenciario y en las medidas comunitarias», que ha inaugurado el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz. La finalidad de la investigación es conocer el perfil más común de las personas condenadas por delitos de odio, tanto con cárcel como con penas alternativas a la prisión.

El estudio ha concluido que existen tres tipos de perfiles delictivos: el «buscador de emociones», con prejuicios hacia minorías y colectivos vulnerables y que cometería agresiones en grupo; el «vengativo», que adapta una actitud agresiva ante una supuesta ofensa hacia su persona o grupo y tiene dificultad para identificar sentimientos; y, por último, el «defensivo», que protege el territorio de personas extranjeras a las que percibe como amenaza.

Durante la inauguración, Ortiz ha subrayado que «la experiencia práctica de los profesionales penitenciarios y el aporte científico de la Universidad son la mezcla ideal para afrontar los retos derivados de una nueva realidad criminógena». Igualmente, ha recordado la apuesta de la actual Administración penitenciaria por «la introducción de nuevas vías de intervención como la Justicia restaurativa, la potenciación del medio abierto para el cumplimiento de las penas o el tratamiento de delitos contra la seguridad vial, la delincuencia económica, la radicalización violenta  o los delitos de odio».

 

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