Felipe VI 'militariza' La Zarzuela con la elección de un coronel como jefe de protocolo
ELOY ALONSO | EFE
Felipe VI ha nombrado al coronel Bernardo Francisco de Lizaur como nuevo jefe de Protocolo de la Casa del Rey, después de haber sido adjunto de este departamento en los últimos siete años. Se trata de la primera vez en democracia que este puesto no lo ocupa un diplomático, de ahí que el nombramiento no haya caído bien en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
El jefe de Protocolo es uno de los puestos de más confianza de los reyes al desempeñar un papel central en la organización y desarrollo de sus actos públicos. El ascenso de De Lizaur, que proviene del Ejército de Tierra y que en la actualidad se encuentra en la reserva, supone la inclusión de otro militar entre los altos cargos de La Zarzuela.
El equipo que trabaja junto al Rey lo encabeza el jefe de la Casa, Jaime Alfonsín, junto a otras diez personas de la máxima confianza del jefe del Estado. Todos estos altos cargos provienen de las Fuerzas Armadas o la Guardia Civil salvo el consejero diplomático, Alfonso Sanz; el director de comunicación, Jordi Gutiérrez; y la interventora, Beatriz Rodríguez. Una «militarización» de La Zarzuela que fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE ven «excesiva».
Precisamente, la Casa Real había barajado la opción de que la jefatura de Protocolo pasara a ejercerla una mujer, pero finalmente se ha optado por el ascenso de De Lizaur, en el que ha primado por su amplia experiencia en el Palacio de la Zarzuela. El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este lunes su nombramiento con el que releva en el cargo al diplomático Alfredo Martínez (Oviedo, 1971), quien fue cesado el pasado 28 de septiembre para ser nombrado embajador de España en Canadá.
Martínez había comunicado hace unos meses su deseo de abandonar su puesto en el Palacio de la Zarzuela para reemprender su carrera en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Licenciado en Derecho, ingresó en la carrera diplomática en 1997, habla inglés, francés, italiano, árabe y búlgaro, y antes de servir en la misión española en Ottawa había estado destinado en las embajadas de España en Arabia Saudí, Bulgaria, El Salvador y Egipto.
De los once cargos que integran el equipo directivo de la Jefatura del Estado, solo una es mujer, la citada interventora, Beatriz Rodríguez, quien asumió esta tarea en febrero de 2015, ocho meses después del inicio del reinado de Felipe VI. Y si algo ha caracterizado a Felipe VI tras suceder a su padre es la confianza y fidelidad que mantiene con el equipo de asesores por el que se decidió en 2014.
Dos candidatos en Exteriores
Entre los nombres que sonaron en Exteriores estaba el predecesor de Martínez: Cándido Creis, quien trabajó a las órdenes de Juan Carlos I en los últimos años de su reinado. Después de su salida de La Zarzuela fue enviado por el Gobierno de Mariano Rajoy de cónsul a Miami (EEUU) y en 2020 fue enviado a Egipto como consejero cultural, donde trabaja a las órdenes del embajador Ramón Gil Casares. Un destino muy parecido al de Martínez antes de que Felipe VI le llamase en 2014 para tenerle a su lado en La Zarzuela.
Otro nombre en boca de un buen número de diplomáticos era el de Ramiro Fernández Bachiller, actual inspector general en Exteriores tras una larga estancia como embajador en Rumanía desde 2014 a 2020. Antes de ello fue subdirector general de Viajes y Visitas Oficiales, Ceremonial y Órdenes en el ministerio, así que las cuestiones de protocolo se las conocía al dedillo. Pero no ha sido suficiente para que el Rey se decantase por él.
