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Gastronomía

Roban un vino de 300.000 euros y otras 44 botellas de gran valor en el hotel Atrio de Cáceres

Roban un vino de 300.000 euros y otras 44 botellas de gran valor en el hotel Atrio de Cáceres

Cualquiera que lea una noticia en la que se relata el robo de 45 botellas de vino tenderá a imaginar que la cantidad económica a la que asciende el hurto no será muy elevada, pero no es el caso del suceso que ha tenido lugar en el hotel Atrio de Cáceres, cuyo restaurante cuenta con dos estrellas Michelín. Y es que durante la madrugada del 26 al 27 de octubre, el establecimiento que dirigen  José Polo y Toño Pérez, ha sufrido un robo millonario.

El restaurante, a través de una carta, ha indicado que se han sustraído 45 botellas históricas de su bodega (que cuenta con hasta 37.000 unidades), entre las que se encuentra un Chateau d’Yquem de 1806, una joya del vino que tiene un valor estimado de 300.000 euros.

Según detallan las fuentes del hotel, los ladrones entraron a la bodega ubicada en la planta inferior del establecimiento hotelero situado en cacereña la plaza de San Mateo para proceder al robo de los vinos, todas ellas exclusivas y catalogadas con un gran valor económico, tal y como indica El Periódico de Extremadura.

De entre esas botellas destaca entre el resto un Chateau d’Yquem de 1806, un vino que Polo y Pérez adquirieron en el año 2000 en la casa de subastas Christie’s, según contó en 2015 la revista especializadas en vinos Selectus Wines. En ese momento, los propietarios del Atrio compraron la botella, «un auténtico elixir de vino blanco dulce y uno de los vinos del mundo más longevos», por 20.000 euros. Hoy, más de 20 años después y habiendo cuadruplicado su valor (hasta esos 300.000 euros), la botella de lujo ha desaparecido de la que ha sido su ‘casa’ durante las últimas dos décadas.

José Polo ha relatado, en declaraciones que recoge Europa Press, había alojada una señora «tremendamente amable» que, junto con un hombre, pidieron algo de comer a la 1.30 de la madrugada del pasado 26 de octubre. En ese momento, la persona que se ubicaba en la recepción se dirigió a la cocina para ver si podía atender su petición, y entonces, sin que nadie estuviese viendo las cámaras, fue cuando bajaron a la bodega para proceder al robo. «Accedieron a ella sin forzar las dos puertas con cerradura electrónica, cogieron las botellas y se marcharon del hotel hacia las cinco de la madrugada», explica EP. Los hechos están siendo investigados por la brigada provincial de la Policía Judicial y de la Científica.

Carta de los propietarios de Atrio sobre el robo

Hoy no pude dormir. Ayer, 27 de octubre, después de haber pasado una terrible pandemia que ha hecho temblar las estructuras a nivel económico pero sobre todo a nivel social y humano, sufrimos un robo en la bodega de Atrio. Más que un robo es como si nos hubieran forzado, amordazado y apaleado.

Hoy sentimos una inmensa tristeza. Eran 45 botellas muy especiales compradas desde hace décadas con mucho esfuerzo y cariño, y con los enfados de Toño, quien me reprendía cuando se enteraba de mis locuras de querer hacer en Cáceres, ciudad que amamos profundamente, una de las mejores bodegas del mundo.

Desde ayer hay menos botellas, pero Atrio, con su bodega y el esfuerzo de todos los que hemos hecho posible esta pequeña historia, seguirá adelante.

La que más duele es la pérdida del Chateau d´Yquem de 1806, que ya estuvo a punto de morir hace dos décadas y que salvamos finalmente con una de las historias más bellas del mundo del vino jamás contadas. Esa botella era parte de mi historia personal, casi parte de mí, de la historia de Atrio, pero también de Cáceres, de sus ciudadanos, de todos los amantes del mundo del vino; ella es la botella, imposible de sustituir por lo que de esfuerzo, sacrificio y amor a una profesión y al vino ha conllevado. 215 años de historia de España, de guerras, de tiempos de paz y de la construcción de una Europa unida.

Lo peor de todo es que no nos han robado dinero, ni siquiera objetos, nos han arrancado parte de nuestra historia, de nuestro corazón. Al principio pensamos no contarlo; casi sentíamos vergüenza, como si fuera culpa nuestra, como si hubiéramos consentido, pero al final, después de una profunda reflexión, decidimos contarlo para que no les suceda a otros y para que los compañeros se protejan. Me voy enterando de robos en restaurantes y quizás, de haberlo sabido antes, esto no hubiera pasado.

 Hoy nos vamos a permitir estar de luto, pero NI UN DÍA MÁS.

 En Atrio seguiremos contando lo que hacemos y lo que somos a través de nuestro esfuerzo y nuestro cariño a esta ciudad, a la gente que nos visita y que nos quiere.

 Nuestro corazón está roto pero listo para seguir luchando.

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