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El secretario general de la ONU lamenta la falta de voluntad política en la COP26: «Sé que muchos están decepcionados»

El secretario general de la ONU lamenta la falta de voluntad política en la COP26: «Sé que muchos están decepcionados»

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha lamentado que la voluntad política colectiva no ha sido suficiente para superar «contradicciones profundas» en las negociaciones de la XXVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático que comenzó el 31 de octubre en Glasgow (Reino Unido) y que ha terminado con un acuerdo descafeinado.

Guterres ha destacado que los textos aprobados son «un compromiso» que reflejan los intereses, las condiciones, las contradicciones y el estado de la voluntad política en el mundo de hoy. Así, aunque celebra los «pasos importantes» para afrontar el cambio climático, «lamentablemente» la voluntad colectiva no fue suficiente para superar algunas contradicciones profundas.

En ese sentido, ha urgido a «acelerar la acción» para mantener viva la meta de limitar el calentamiento global a 1.5ºC porque «el planeta pende de un hilo» y sigue llamando a la puerta de la «catástrofe climática».

Por ello, ha destacado que «es hora» de pasar al modo de emergencia porque de lo contrario la probabilidad de llegar a cero neto será en sí misma cero.

«Reafirmo mi convicción de que debemos acabar con los subsidios a los combustibles fósiles. Eliminar el carbón. Poner precio al carbono. Desarrollar la resiliencia de las comunidades vulnerables frente a los impactos aquí y ahora del cambio climático», ha defendido.

Por otro lado, ha recordado la importancia de cumplir con el compromiso de 100.000 millones de financiación para apoyar a los países en desarrollo, algo que no se ha logrado en la COP26 pero, ha celebrado «algunos componentes básicos para el acuerdo».

Entre estos avances «básicos» alcanzados en la COP26 de Glasgow se ha referido a los «compromisos» para acabar con la deforestación; para reducir «drásticamente» las emisiones de metano; la movilización de financiación privada en torno al cero neto; y los textos que reafirman la determinación hacia la meta de 1.5ºC.

Otro de los aspectos positivos a los que se ha referido es al impulso dado a la financiación climática para la adaptación y el reconocimiento a la necesidad de fortalecer el apoyo a los países más vulnerables y que sufren daños climáticos «irreparables».

Asimismo, ha elogiado que «por primera vez» se alienta a las instituciones financieras internacionales a considerar las vulnerabilidades climáticas a la hora de conceder apoyo financiero y otras forma de apoyo incluidos los derechos especiales de giro. Igualmente, ha celebrado que se haya podido cerrar las reglas del Acuerdo de París sobre los mercados de carbono y la transparencia. «Esto son pasos bienvenidos, pero no son suficientes», ha asegurado.

De hecho, ha afeado que la ciencia reclama específicamente un recorte del 45 por ciento de las emisiones para 2030 respecto a 2010 pero en este momento, la suma de contribuciones determinadas a nivel nacional situarán al planeta «muy por encima de los 2ºC a finales de siglo» respecto a los niveles preindustriales.

Acuerdo entre China y EEUU

Guterres ha acogido «con satisfacción» el acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y China para acelerar las acciones para reducir las emisiones en esta década pero ha reclamado que se construyan «coaliciones de apoyo» que incluya a los países desarrollados, instituciones financieras para ayudar a los países emergentes a acelerar la transición del carbón y la transición hacia economías descarbonizadas. «La asociación con Sudáfrica anunciada hace unos días es un modelo para hacer precisamente eso», ha celebrado.

Por último, ha hecho un llamamiento «especial» para el futuro en relación con los mecanismos de adaptación y de pérdidas y daños. «La adaptación no es un tema tecnocrático, es de vida o muerte», ha sentenciado.

En la actualidad, según el secretario general, los recursos internacionales para la recuperación son «completamente insuficientes» y, mientras tanto opina que proteger a los países de los desastres climáticos «no es caridad» sino «solidaridad e interés propio».

Guterres ha señalado que en estos momentos el clima de desconfianza envuelve nuestro planeta y confía en que la acción climática puede ayudar a reconstruir la confianza y restaurar la credibilidad. Para ello, opina que es preciso cumplir con el compromiso de financiamiento climático de 100.000 millones de dólares para los países en desarrollo.

«Eso significa medir el progreso, actualizar los planes climáticos cada año y aumentar la ambición», ha resumido Guterres que ha anunciado que convocará una cumbre de jefes de Estado para medir el progreso y hacer balance global para ir «más allá» de los mecanismos del Acuerdo de París.

En ese sentido, ha anunciado también la creación de un Grupo de Expertos de Alto Nivel para establecer estándares claros para medir y analizar los compromisos netos cero de los actores no estatales. Por último, Guterres ha cerrado su intervención con un mensaje de «esperanza y determinación» a los jóvenes, las comunidades indígenas, las mujeres líderes, todos los que lideran el ejército de acción climática.

«Sé que muchos de ustedes están decepcionados. El éxito o el fracaso no es un acto de la naturaleza. Está en nuestras manos. El camino del progreso no siempre es una línea recta. A veces hay desvíos. A veces hay zanjas», ha expresado.

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