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Medio Ambiente

¿Comer o no comer aguacate? He ahí la cuestión

España es la primera potencia europea en cultivo de aguacate y dentro de España la zona de La Axarquía (Málaga) es líder

¿Comer o no comer aguacate? He ahí la cuestión

Caroline Green | Unsplash

El periódico inglés The Guardian publicó hace unos días este reportaje: Fin del aguacate: por qué los chefs están abandonando la fruta insostenible. El texto habla del impacto medioambiental de esta fruta y, entre otras cosas, del elevado consumo de agua que necesita para su cultivo. Afirma que cada aguacate necesita trescientos veinte litros de agua para cultivarse, cifra que corrigen al final diciendo que es un ejemplo extremo pero no típico. 

España es la primera potencia europea en cultivo de aguacate y dentro de España la zona de La Axarquía –en Málaga– es líder. Según cifras del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora –situado en La Axarquía–, de las ochenta mil toneladas de aguacate que produce España al año, cincuenta y cinco mil proceden de esta zona malagueña. Alrededor del ochenta por ciento de la producción española se exporta al resto de Europa; los países nórdicos, por ejemplo, superan los tres kilos de consumo de aguacate al año por persona –aunque ellos no lo cultivan– mientras que en España estamos en algo menos de kilo y medio. 

De las ochenta mil toneladas de aguacate que produce España al año, cincuenta y cinco mil proceden de La Axarquía

¿Guacamole sin aguacate? | Foto: Gaby Yerden | Unsplash.

El texto de The Guardian recoge iniciativas como la de la cadena inglesa de comida mexicana Wahaca que tiene muchos restaurantes en Reino Unido y que ha creado una alternativa al guacamole hecha con habas, chile verde, lima y cilantro. También recoge otras propuestas de cocineros mexicanos en Canadá, como Aldo Camarena, cuya elaboración está hecha a base de calabacín y pasta de semillas de calabaza. «Estas iniciativas forman parte de la conciencia de un sector de la ciudadanía que quiere participar en el proceso de mitigación y adaptación del cambio climático. De momento es una minoría pero, en determinados casos, como cocineros e influencers, puede tener un papel ejemplarizante», reflexiona Rafael Yus, coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de La Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción). «Una de las consecuencias del cambio climático es la disminución de las precipitaciones por lo que el agua cobra una importancia vital. Este tipo de acciones son importantes para que los consumidores tomen conciencia de que en estos nuevos escenarios hay que apostar por cultivos de menor huella hídrica –aporte de agua por kilo de fruta producido–», prosigue. 

El aguacate y el consumo del agua

Iñaki Hormaza, profesor de investigación del CSIC en La Mayora no comparte lo publicado por The Guardian: «En España se pueden producir aguacates con un consumo inferior a los quinientos litros por kilo de fruta, comparado con un mínimo de dos mil que se necesitan para producir un kilo de habas, que es una de las alternativas al aguacate que plantea uno de los cocineros del reportaje». 

Yus afirma que se ha estipulado que para producir un solo fruto de aguacate se necesitan doscientos veintisiete litros de agua. Mientras que Hormaza hace referencia al mayor consumo de agua de las habas, Yus compara la huella hídrica del aguacate con otros alimentos como la manzana –sesenta y ocho litros por pieza– o el tomate –doce litros y medio por pieza–. «Si tenemos en cuenta que un aguacatero produce doscientos treinta y tres aguacates de media, un aguacatero consume casi cincuenta y tres mil litros de agua».

«Tras la crisis de 2008 muchos inversores del sector inmobiliario encontraron en el aguacate un filón para invertir y el resultado ha sido la triplicación de la superficie regada superando los recursos hídricos disponibles»

Rafael Yus, coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de La Axarquía
«En España con menos de quinientos litros por kilo, que equivaldría a unos cien litros por pieza de aguacate». | Foto: Alejandro Duarte | Unsplash

El tema del consumo del agua no solo preocupa a las personas concienciadas con el cambio climático, sino también, y mucho, a los agricultores. «El aguacate se empezó a cultivar en La Axarquía en los años setenta y tras la crisis de 2008 muchos inversores del sector inmobiliario encontraron en el aguacate un filón para invertir y el resultado ha sido la triplicación de la superficie regada superando los recursos hídricos disponibles», explica Yus. «Hicimos un estudio en 2017 que reveló que ya se consumían 14 hm3 más de la asignación para la agricultura y desde entonces la superficie de regadío no ha parado de crecer». Como en cualquier clima mediterráneo es normal que haya periodos de sequía pero no tan duraderos como los últimos, continua Yus. La actual sequía en La Axarquía comenzó hace dos años y los agricultores piden más agua a los políticos; en opinión de Yus, hay una amenaza real de que la escasez de agua afecte a la producción de aguacates. 

Hormaza también cree que es tiempo para la preocupación, la situación es muy complicada y los modelos de cambio climático predicen que estas situaciones de sequía cada vez van a ser más frecuentes, lo que será un problema para el aguacate y para todos los cultivos que se basan en la agricultura de regadío. «Es necesario buscar fuentes adicionales de agua, incluyendo aguas procedentes de depuradoras –siempre que se lleve a cabo una buena depuración– así como utilizar en zonas costeras agua desalada procedente del mar». 

Posibles soluciones al tema del agua

En La Mayora trabajan para reducir la huella hídrica del aguacate: aumentan la productividad del cultivo incrementando los kilos de fruta por hectárea; «lo que hacemos es producir mayor cantidad de fruta con el mismo aporte de agua», explica Hormaza. En La Mayora también trabajan para optimizar el riego y no perder agua por el exceso de riego –Yus estima que cerca del treinta por ciento del agua usada se evapora–. También evalúan sistemas de riego por goteo que permitan aportar agua durante más tiempo en pequeñas cantidades con el fin también de evitar pérdidas. A esto añaden el desarrollo de nuevas variedades de aguacate que requieran menos consumo de agua en su cultivo. «La mejor manera de reducir la cantidad de agua por aguacate producido es aumentar la producción mediante un buen manejo de la plantación, se pueden obtener buenos rendimientos en España con menos de quinientos litros por kilo, que equivaldría a unos cien litros por pieza de aguacate», afirma Hormaza. 

«En España con menos de quinientos litros por kilo, que equivaldría a unos cien litros por pieza de aguacate»

Iñaki Hormaza, profesor de investigación del CSIC en La Mayora

A estas soluciones Yus suma una petición: que la Junta de Andalucía no autorice más conversión de secano en regadío. «Aquí se planta y luego se exige agua a la Junta, es una locura. Todas estas soluciones son útiles si no permiten que aumente la superficie de riego porque si alientas a nuevas puestas en regadío, todo vuelve a empezar». 

Instagrammers respirad tranquilos, la omnipresente tostada de aguacate aún tiene vida. | Foto: Brenda Godinez | Unsplash.

Si lo dicho nos lleva a pensar que dejar de consumir aguacates es la solución, tanto Yus como Hormaza se muestran totalmente en contra. Para Yus sería una postura radical, aunque respetable, y lo que defiende es que se moderara su consumo como un alimento de temporada y proximidad. También aboga por que aumente el prestigio de los productos de secano frente a los de regadío. Hormaza, por su parte, recuerda que casi el 80% del agua que se consume en España se dedica a la agricultura y el aguacate es un producto de proximidad que no necesita de aplicación de productos químicos. «Si queremos consumir aguacates lo más sostenibles posibles, lo ideal es consumir aguacate español», concluye.

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