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La banca redobla su presión al Gobierno para repartir y desbloquear los fondos europeos

Las entidades han intensificado su reclamo para canalizar y anticipar las ayudas, como ya hicieron con los avales ICO

La banca redobla su presión al Gobierno para repartir y desbloquear los fondos europeos

Unplash

La banca ha redoblado en las últimas semanas la presión al Gobierno para poder participar en la canalización de los denominados fondos Next Generation para impulsar la economía tras el estallido de la pandemia. La ofensiva de las entidades se circunscribe tanto al ámbito privado, en las reuniones periódicas que mantiene el sector con el Ejecutivo, como en sus intervenciones públicas, porque ven con máxima preocupación el retraso que está habiendo en la distribución del dinero hasta ahora recibido por Europa, que asciende a 9.000 millones, y que esta situación se convierta en estructural en las siguientes remesas de recursos que llegarán. Se espera que a finales de diciembre o principios de enero España reciba otros 10.000 millones para proyectos de inversión de digitalización y renovables.

Fuentes financieras consultadas por THE OBJECTIVE, consideran que es «ilógico» que a la banca se deje al margen del reparto, ya que han demostrado que, como hicieron con los ICO el año pasado, pueden acelerar y desbloquear el proceso, sobre todo en todo en estos momentos en que ya se están ejecutando las transferencias a las comunidades autónomas para que lleven a cabo las licitaciones sobre la ayudas. Por ahora, de los 9.000 millones percibidos, el Gobierno ha autorizado el envío de en torno a la mitad para que los ejecutivos regiones pongan en marcha la maquinaria, pero aún ni las empresas ni los autónomos han visto ni un euro para poder materializar sus planes.

Los bancos confían en que el Ministerio de Economía finalmente haga caso a sus plegarias y les permita participar en la canalización de los fondos, porque de lo contrario temen que se pierdan euros por la complejidad y la lentitud derivada de la elevada burocracia. Hay que tener en cuenta que los Next Generation suponen una oportunidad de oro para la recuperación de la economía y su modernización. España, según el acuerdo, tiene derecho a 140.000 millones en los próximos años, pero la movilización de recursos puede llegar a multiplicarse por tres o por cuatro porque las ayudas de muchos de los proyectos no cubren el 100% de la inversión necesaria. 

Para que nuestro país se beneficie de la totalidad de los fondos comprometidos por Europa tendría que cumplir con una serie de medidas y reformas. En la actualidad ha aprobado 53 de las 416 exigidas. Una de las mas relevantes es la reforma laboral, que deberá acordarse antes de final de este año.

Sistema parecido a los avales ICO

La participación de las entidades, según las fuentes consultadas por este periódico, se centraría en la canalización de los fondos, como hizo con los ICO, incluso de manera anticipada para imprimir velocidad a la distribución en función de los riesgos de cada pyme y empresa, y aportar a través de financiación extra el importe que faltaría para completar la subvención. En esta gestión, las entidades reclaman que haya, como existe en los préstamos avalados por el Estado, mecanismos de control público, con el objetivo de que los recursos van a iniciativas solventes y viables y, por tanto, no se desperdicien las ayudas.

El papel de la banca, por ahora, se limita a una mera asesoría a sus clientes a través de plataformas y acuerdos alcanzados con distintas consultoras para ayudarles en el proceso de tramitación de las subvenciones (cómo y dónde solicitarlas), ya que la autorización de los proyectos recae en las administración públicas y en los diferentes agentes que han recibido el ‘ok’ para ello en la multitud de programas diseñados.

La complejidad del procedimiento de gestión es, precisamente, el principal problema detectado por el observatorio de elaborado por EY y Esade sobre los Next Generation. «Es sistema de gestión diseñado facilita poco o nada que los fondos sean accesibles», sostiene el informe de ambas firmas, que destaca también «la ausencia de un organismo independiente que agilice proceso».

«Un gran desperdicio»

La reclamación de la banca para ser un actor central del reparto es cada vez mayor. La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, ha sido la que más claro y contundente ha hablado recientemente en público, pero no la única. Hace unos días, consideraba que «seria un gran desperdicio» que la banca no jugara un papel fundamental en distribución de los fondos europeos. Este jueves el director de Negocio de BBVA España, Gonzalo Rodríguez, señalaba que «es clave la colaboración público-privada y la búsqueda de medidas que eliminen barreras para impulsar los fondos, e incluir el carácter retroactivo de las subvenciones y la figura de un agente colaborador homogéneo en todas las comunidades autónomas».

Estas palabras son compartidas por otros máximos responsables del Santander, Caixabank o Sabadell, que se han pronunciado con mensajes similares recientemente, en los que no esconden su preocupación por el desarrollo de los Next Generation. Desde la patronal AEB, su presidente José María Roldán, advertía esta semana que España se estaba «quedando un poco atrás en el uso de las ayudas» y reclamaba una aceleración.

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