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BBVA negocia la venta del 12% de la mayor 'teleco' turca al fondo soberano de Erdogan

Mantiene conversaciones, junto a otras entidades, para deshacerse de Turk Telekom, cuyo valor asciende a 2.800 millones

BBVA negocia la venta del 12% de la mayor ‘teleco’ turca al fondo soberano de Erdogan

Sede de BBVA | Europa Press

BBVA, junto a otros bancos del país, ha iniciado las conversaciones para desprenderse del capital que posee desde 2018 en la mayor compañía de telecomunicaciones otomana, Turk Telekom. El grupo español, a través de su filial Garanti, ostenta el 12% de la operadora de manera indirecta, porcentaje del que se quiere deshacer desde hace tres años. Ahora, pasado este tiempo, el fondo soberano de Turquía -presidido por el líder del régimen, Recep Tayyp Erdogan, ha mostrado interés por tomar esta participación y otro 43% que está en manos de otras entidades, por lo que las partes implicadas han comenzado a negociar.

El proceso se encuentra en una fase inicial, pero de alcanzar un acuerdo el banco de origen vasco podrá abandonar Turk Telekom, de la que es propietario como consecuencia de las dificultades del pago de unos créditos que tenía entonces Ojer, firma de la familia libanesa Hairi, que controlaba el 55% de la ‘teleco’. En 2018, en plena crisis del país del Bósforo, distintos grupos financieros tuvieron que reestructurar una deuda contraída por Hairi de 4.000 millones. BBVA era acreedor con 850 millones de euros. Fruto de esta operación Akbank también tomó el 17% del capital de la compañía de telefonía e Isbank, un 6,7%. Entre todos los bancos sumaron el 55% de las acciones, para lo que crearon un vehículo patrominial, LLY Telekomunikasion.

Fuentes de la entidad española no quisieron hacer comentarios a THE OBJECTIVE sobre el curso de las conversaciones mantenidas con el fondo soberano. Turk Telekom tiene un valor de 2.800 millones de euros. Una cifra que, a pesar del hundimiento de la moneda en las últimas semanas por la política monetaria de Erdogan, es superior a la de hace tres ejercicios, cuando apenas llegaba a los 2.300 millones. Por tanto, la participación de BBVA está tasada en unos 330 millones.

Las conversaciones para esta desinversión se producen en un momento en que BBVA intenta tomar el control total de Garanti. A mediados de noviembre anunció una oferta de compra por el 50,15% de las acciones que aún no tiene de su franquicia turca. No obstante, el consenso de los analistas descartan por completo que pueda llegar al 100% del capital y que alcanzará 76% en una primera fase. Ya en 2023 podría alcanzar el 84%. Esta propuesta de adquisición no ha sido bien acogida por los inversores, ya que Turquía está envuelta en una crisis monetaria que está provocando un cataclismo en su divisa y, por ende, una fuga de capitales extranjeros.

Vehículo inversor público

El interés del fondo soberano (Turkiye Wealth Fund) por Turk Telekom compensará en parte los efectos de las bajadas del precio oficial del dinero en las entidades del país y convertirá el Estado, de alcanzarse un acuerdo, en socio controlador de la operadora. Hay que tener en cuenta que el Gobierno ya es dueño del 25% del capital de la ‘teleco’ y que el propio fondo ostenta casi el 7% de los títulos. De esta manera, las arcas públicas tendrán en su poder el 87% de la compañía.

Erdogan constituyó en 2016 un vehículo inversor similar al de países que tienen grandes explotaciones de materias primas, como los árabes con el petróleo, con el fin de tomar participaciones en diferentes compañías estratégicas otomanas. El propio presidente es quien está al mando del mismo y durante varios años el vicepresidente del fondo ha sido su yerno. Éste dejó el cargo en 2020 tras la tensión desatada entre ambos como consecuencia de las injerencias políticas en el seno del Banco Central y su caída en desgracia después de ser destituido como ministro de Finanzas.

Desde su constitución Erdogan ha ido adquiriendo títulos de distintas empresas con dinero público por un valor cercano a los 30.000 millones de euros. Precisamente el fondo es accionista de varias entidades con las que ahora negocia la compraventa de la firma de telecomunicaciones. La última adquisición del brazo inversor del Estado ha sido la toma del 51% de Turkcell, otra gran operadora otomana que estaba bajo la influencia de la sueca Telia.

Otras compañías

BBVA, en 2018 y 2019, no solo tuvo que hacerse con parte de las acciones de Turk Telekom, por las dificultades de las empresas para abonar sus compromisos financieros. También asumió por insolvencias, por ejemplo, el mayor complejo turístico del país, que era propiedad del expresidente de la Federación de Fútbol. En la actualidad se encuentra en la antesala de otra probable ola de impagos, debido a las dificultades por las que atraviesa la economía, el hundimiento de la lira y la inflación por las nubes. Pese a ello, el banco español confía en que la tasa de morosidad caiga en los próximos años en su filial ayudado por la recuperación del PIB.

Para BBVA el mercado turco es esencial, ya que supone en torno al 18% de sus beneficios. Con la opa lanzada pretende que esta contribución se eleve hasta el 25%, en niveles similares a España, una vez que ha ha abandonado el segmento minorista de Estados Unidos tras la venta de su franquicia texana el año pasado.

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