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Renovables, hidrógeno, autoconsumo y crisis de precios: claves del curso energético 2022

En apenas diez años, el sector eléctrico pasará de contar con un 44% de electricidad renovable (2020) a un 74% (objetivo 2030)

Renovables, hidrógeno, autoconsumo y crisis de precios: claves del curso energético 2022

España enfrenta el mayor cambio en su modelo energético del último siglo. En apenas diez años, el sector eléctrico pasará de contar con un 44% de electricidad renovable (2020) a un 74% (objetivo 2030), lo que obliga a instalar del orden de 5.400 megavatios ‘verdes’ anualmente. Por ello, las energías limpias, entre las que destacan la eólica y la solar, el hidrógeno renovable y el autoconsumo marcarán la agenda energética en 2022.

De este modo, la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) destaca la necesidad de elaborar una hoja de ruta que incorpore de forma equilibrada las distintas tecnologías. Adicionalmente, subraya que será la combinación de grandes plantas, necesarias para incorporar un número relevante de megavatios a precios competitivos, con pequeñas instalaciones distribuidas, que acercarán la producción a la demanda, lo que permitirá alcanzar las metas marcadas.

En este sentido, el Gobierno ha puesto en marcha un calendario de subastas para la asignación del Régimen Económico de Energías Renovables (REER) hasta 2025,  orientado a la consecución de los objetivos de producción renovable establecidos por el Ejecutivo mediante el Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Este prevé la instalación de 60 GW de renovables hasta 2030.

En 2021 se han celebrado dos subastas —en enero y octubre— y se asignaron en total 2.902 megavatios (MW) de tecnología fotovoltaica y 3.256 MW de tecnología eólica. El objetivo del Gobierno es subastar 20 gigavatios (GW) hasta 2025, incluidos 8,5 de eólica y 10 de solar. Con las de 2021 se ha alcanzado casi una tercera parte (el 31,5%).

Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España ha alcanzado un porcentaje de renovables en la demanda final de energía del 21,2%, superando así los objetivos europeos de penetración de energías renovables y eficiencia energética marcados para 2020, que estaban fijados en un 20%.

Por otro lado, debido a la avalancha de solicitudes para la instalación de plantas renovables —150 GW, frente al objetivo del Gobierno de 60 GW en 2030—, el departamento que dirige Teresa Ribera ha fijado un plazo adicional de nueve meses para las obtenciones de las autorizaciones necesarias. Todos los promotores que no deseen seguir adelante con sus proyectos tras esta modificación de los plazos intermedios, que aumentarán la espera, podrán renunciar a los correspondientes permisos de acceso y conexión en el plazo de un mes, procediéndose a la devolución de las garantías presentadas.

Las grandes compañías apuestan por el hidrógeno

Otro de las premisas del Ejecutivo en materia energética es el impulso del hidrógeno verde. Con la Hoja de Ruta del Hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable prevé que se movilicen 8.900 millones de euros en inversiones y asegura será clave para que España alcance la neutralidad climática y un sistema eléctrico 100% renovable para 2050.

El documento establece el objetivo de alcanzar 4 GW de capacidad de producción en 2030, un 10% del total de la Unión Europea (UE). Empresas como Iberdrola, Endesa, Acciona, Cepsa o Repsol ya han anunciado megaproyectos en este ámbito. De hecho, el hidrógeno es la apuesta más fuerte entre las grandes eléctricas para captar fondos europeos.

Asimismo, ya están en marcha los primeros 500 millones de euros del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (Erha). Se ha abierto una convocatoria dotada con 250 millones para el impulso de la cadena de valor del hidrógeno renovable, que va desde la fabricación de componentes hasta la de prototipos de nuevos vehículos o proyectos de electrolizadores para producir hidrógeno renovable a gran escala.

Por otra parte, hay una línea dotada con 150 millones de euros para proyectos pioneros de hidrógeno verde, con viabilidad comercial, para su producción y consumo local en sectores de difícil descarbonización, como la industria o el transporte pesado. Los 100 millones restantes irán a dos convocatorias de ayudas. La primera se centrará en el almacenamiento energético y estará abierta a organismos de investigación, universidades, centros tecnológicos y empresas, mientras que la segunda servirá para proyectos pilotos de comunidades energéticas vinculadas a la innovación social y la participación ciudadana.

9 GW de autoconsumo para 2030

Bajo la ‘Hoja de Ruta del Autoconsumo’, el departamento que dirige Teresa Ribera fija, en base distintos análisis de potencial realizados, una estrategia con un objetivo de alcanzar los 9 GW de potencia instalada en 2030. No obstante, se podrían alcanzar hasta los 14 GW si se da un escenario «muy favorable de alta penetración».

Para conseguir este hito, el Gobierno pondrá en marcha ayudas enfocadas específicamente a autoconsumo y almacenamiento, además de energías renovables térmicas para el sector residencial. Dichas ayudas se articularán a través de seis programas que se dirigen tanto a los diferentes sectores económicos (servicios y resto de sectores productivos) como a residencial, sector público y tercer sector. 

En total, el programa cuenta con una dotación inicial de 660 millones de euros, ampliables hasta 1.320 millones, que se regionalizan a través de las comunidades y ciudades autónomas por todo el territorio nacional hasta 2023. Según el documento, se espera incorporar así al menos 1.850 megavatios (MW) de generación renovable, incluyendo la sustitución de combustibles fósiles por energía renovable en calefacción y refrigeración en más de 40.000 viviendas. 

En España, la tecnología solar fotovoltaica es la que mayor grado de desarrollo está teniendo en las instalaciones de autoconsumo [y más desde que se eliminó el denominado impuesto al Sol]. Según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en 2019 se instalaron 459 MW, frente a los 235 MW de 2018. Por su parte, el año pasado, pese a la coyuntura de crisis generada por la pandemia, se instalaron 596 MW, lo que supone un incremento del 30%. El sector residencial representó el 19% del total.

En este sentido, con el fin de fomentar y facilitar la instalación de sistemas de autoconsumo energético, todos los proyectos menores de 100 kilovatios (kW) quedan eximidos de presentar garantías económicas para tramitarse. También se extiende la posibilidad de realizar autoconsumo compartido —varios autoconsumidores se benefician de una única instalación— a través de la red de alta tensión (hasta ahora solo se autorizaba en baja tensión). 

La UE también ha sacudido el mercado del autoconsumo energético mediante subvenciones públicas y medidas fiscales, como con un IVA reducido a las placas solares. En concreto, que se sitúe entre un 0 y 5% para paneles solares de uso residencial y en edificios públicos, ya que una de las principales barreras para lograr impulsar el autoconsumo es el volumen de inversión inicial que tiene que realizar el usuario.

Grandes superficies se han lanzado a conquistar un mercado en boga. Ikea lanzó en el primer trimestre de 2021 sus propios paneles solares en España –ya lo hacía en otros nueve países– bajo una alianza con Contigo Energía. El Corte Inglés también mantiene una alianza con la portuguesa EDP y otras empresas de la distribución que luchan por hacerse hueco son MediaMarkt, Leroy Merlin o Fnac.

El gas y el CO2 alteran el mercado eléctrico

Los precios de la energía terminarán 2021 en España en sus niveles más altos, con la luz en récords mensuales desde julio, el gas disparado por las tensiones geopolíticas y los carburantes en niveles que no se veían desde hace más de ocho años, lo que dificulta la ansiada recuperación económica poscovid.

Tras la bajada de demanda y precios de 2020 a causa de la pandemia, el mercado mayorista de electricidad, en el que se negocian los precios de la electricidad luz con una jornada de antelación, se ha disparado durante 2021 a niveles que jamás se habían conocido. Esto se se explica, principalmente, por los altos precios del gas en los mercados internacionales y de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2), ambos también en máximos históricos.

El gas se ha multiplicado por casi siete en el último año. Según el precio en el Mercado Ibérico del gas (Mibgas), ha llegado en diciembre a cotizar a 138 €/MWh, mientras el CO2 registra una media de 79,81 euros la tonelada y de 53,15 euros en el año.

Bajo esta coyuntura, hemos visto cómo día tras día la electricidad ha roto todas sus barreras alcanzando precios de hasta casi 400 €/MWh y se espera que durante el primer cuatrimestre de 2022 la situación no mejore. Los futuros eléctricos europeos auguran un arranque de año también por encima de 300 €/MWh.

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