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El 'mea culpa' de Ancelotti y el 'disparate' de Lucas Vázquez

Del primer penalti fallado de Benzema con la camiseta blanca –«culpa» del míster»– al «disparate» del calendario: por aquí pasa el Real Madrid actualmente

El ‘mea culpa’ de Ancelotti y el ‘disparate’ de Lucas Vázquez

Carlo Ancelotti y Lucas Vázquez. | Europa Press

Lo del Real Madrid de esta temporada es un caso digno de estudio. Le ha ganado a nueve de los diez primeros clasificados en el campeonato nacional de Liga, cediendo un solo empate frente al Villarreal. Al mismo tiempo, ha firmado tablas con Levante, Cádiz, Elche y Osasuna. Mientras que ha perdido vs RCD Espanyol y el Getafe. O lo que es lo mismo: se ha dejado puntos o directamente ha claudicado frente al 20º, 18º, 15º, 11º, 13º y 16º de la clasificación. De locos.

Los blancos se lo tienen que mirar y Ancelotti es plenamente consciente de ello. El de Reggiolo no se cortó en el post partido del domingo y, como viene siendo habitual esta temporada, señaló con naturalidad (pero sin tapujos) los males de su equipo. Primero tiró de falta de intensidad: «Podíamos haber sido más agresivos en los duelos de los goles». Y después de ineficacia goleadora tras la lesión de Benzema y la sucesión de centros: «Las características de nuestros atacantes no son las de los delanteros de área». Hasta aquí todo normal. Dos problemas claramente detectados y apuntados de manera pública.

Lo llamativo sucedió en las profundidades del Bernabéu cuando tuve cara a cara al entrenador italiano. Carlo me esgrimió un tercer argumento por el cual su equipo dejó volar los tres puntos y llegaba en formato de un sorprendente mea culpa.

«La culpa de lo de Benzema es mía»

Y es que el domingo se produjo un hecho insólito en el Estadio Santiago Bernabéu. Benzema fallaba su primer penalti con la camiseta del Real Madrid después de 16 aciertos de forma consecutiva. El respetable ni siquiera se lo tuvo en cuenta. Es más, Chamartín le dedicó una sonora ovación y coreó su nombre tras marrarlo. Algo muy poco habitual. Pero lo más notable fue la explicación que me dio Carletto cuando le pregunté por tan anómala circunstancia: «Yo tengo la culpa porque durante la semana le he dicho que le estaban mirando mucho dónde lanzaba y que, a veces, cambiar un poco es bueno. Me tomo la culpa porque no tenía que decirle nada. Él ya los tira muy bien».

Carlo Ancelotti y Karim Benzema. | Foto: Europa Press

Ancelotti podía habérselo callado y no haberme contado tal intimidad, pero lo cierto es que algo le reconcomía por dentro. El director técnico fue cocinero antes que fraile, es hombre de fútbol y, como os he comentado en otras ocasiones, sabe que «lo que funciona no se toca» en este bendito deporte. De ahí su autocrítica.

Un «disparate» de calendario

Hay un tremebundo enojo en el Madrid. Desde el club no se entiende «cómo se puede elaborar un calendario futbolístico en el que coincidan fecha CONMEBOL de las selecciones sudamericanas con los cuartos de final de la Copa del Rey». Esta circunstancia va a suponer que los merengues se la jueguen a una carta y frente al Athletic en San Mamés con la casi imposible participación de Vinicius, Militao, Rodrygo, Casemiro y «el pajarito» Valverde.

La situación es la siguiente: los futbolistas se meterán un palizón de miles de kilómetros para el cuerpo y dos partidos a cara de perro. El segundo de ellos, el día 2 de febrero. El 3, en «La Catedral» esperan los leones. El club «no tiene pensado presionar» porque, según me cuentan, «el caso tiene poco recorrido administrativo» pero, eso sí, tampoco va a renunciar a la posibilidad de mostrar su enfado.

Así me lo hizo saber Lucas Vázquez cuando le cuestioné por la polémica del momento: «Nadie lo ve normal. Que un club no pueda disponer de sus jugadores porque estén con las selecciones en unos cuartos de la Copa es un disparate«. Siempre quedaría la opción de camelarse a las federaciones de turno para que liberasen a sus futbolistas antes de tiempo, pero es una tesitura en la que el Madrid, de momento, no quiere poner a sus chicos.

En Brasil, vestir la canarinha es una cuestión sagrada y el hecho de que vayan sobrados en la clasificación no le resta un ápice de importancia. La Uruguay de Fede Valverde se viene jugando la vida y en estos instantes está fuera del Mundial. Se aproximan días movidos provocados por situaciones de calendario que, desde Valdebebas, entienden como «absolutamente evitables». Así que tocará seguir señalando culpables.

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