Condenado por enviar drogas y móviles a una cárcel con un dron
En mayo, la prisión de la isla anglo-normanda de Guernesey ha anunciado la instalación de un escudo virtual contra los drones, que presentaron como una primicia mundial.
Un hombre que ha intentado enviar drogas y teléfonos móviles a una cárcel británica con un dron ha acabado también en prisión este lunes, tras ser condenado, ha informado Scotland Yard.
En agosto de 2016, se había desplegado una operación policial para luchar contra el uso de drones dirigidos a la prisión de Pentonville, en los alrededores de Londres.
Tras ser alertados por el personal penitenciario, los policías habían localizado un dron que volaba hacia la prisión. Un agente había capturado el aparato y, con él, 118 gramos de cannabis, dos celulares y 71,7 gramos de sustancias psicoactivas que había en una bolsa de plástico enganchada al dispositivo volador.
Un análisis de ADN ha permitido identificar a un sospechoso, Charlie Adifiyi, de 21 años, en un domicilio en el que los policías han hallado 476 gramos de sustancias psicoactivas.
El joven se ha declarado culpable y la justicia lo ha condenado este lunes a tres años de prisión, ha indicado Scotland Yard en un comunicado.
«Trabajamos en estrecha colaboración con la administración penitenciaria para recabar informaciones con el objetivo de llevar a cabo operaciones proactivas para detener y juzgar a los que cometen estas infracciones», ha explicado el inspector Steve Murfin, citado en el comunicado.
El secretario de Estado de prisiones, Sam Gyimah, está «decidido a frenar el flujo de drogas a nuestras cárceles», y espera que esta condena «envíe un mensaje contundente a quienes tengan la tentación de hacer lo mismo».
El uso de drones para llevar drogas, armas o móviles a los detenidos es un fenómeno creciente en Reino Unido y el gobierno británico anunció en abril la creación de un equipo especializado en la lucha contra los drones. Su principal misión es inspeccionar los aparatos incautados en las cárceles para intentar encontrar a sus propietarios.
En mayo, la prisión de la isla anglo-normanda de Guernesey anunció la instalación de un escudo virtual contra los drones, que sus responsables presentaron como una primicia mundial.
