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Cambio en el Reina Sofía: vuelven 'Los Manolos'

Es muy probable que Manuel Segade, nuevo director del Museo Reina Sofía, siga los pasos de su predecesor Manolo Borja-Villel, con una gestión «modernísima»

Cambio en el Reina Sofía: vuelven ‘Los Manolos’

Manuel Segade, nuevo director del Museo Reina Sofía. | Kiko Huesca (EFE)

En otro país hubiera sido una sorpresa. Pero tampoco es malo que el nombramiento del director del segundo museo en importancia de España se haya conocido una semana después de una precipitada convocatoria electoral. Así desde el primer momento se marcan distancias con la política. ¿O no es así? Veamos.

Para empezar Manuel Segade —Manolo para los amigos, como su antecesor Manolo Borja-Villel —era director del CA2M, siglas que corresponden al Centro de Arte Dos de Mayo situado en Móstoles (Madrid). Menos se ha recordado que llegó a ese puesto por una decisión política de la Comunidad de Madrid, de la que depende esa institución. Es verdad que también había sido comisario jefe del Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC); y, que en 2017 comisarió el Pabellón de España en la Bienal de Venecia.

Pero vamos al concurso. Solo nueve candidatos (cinco de Iberoamérica, tres españoles y una italiana) quedaron finalistas para acceder al cargo. Las bases del concurso se encargaron de espantar a una gran parte de profesionales para los que la herencia de Borja-Villel, y la necesidad de ser especialista en cuestiones de género, quizá pesaron demasiado. De hecho, unas cuantas mujeres —entre ellas las españolas más conocidas—renunciaron a presentarse.

Otras no y quizá por ello empezaron a sonar los nombres de Cristiana Collu (Cagliari, Cerdeña, 1969) y Sofía Hernández Chong Cuy (Mexicali, 1975). Esta no solo era mujer y latina sino que había sido directora del Museo Tamayo de México, conservadora de la Colección Phelps de Cisneros, y comisaria General de la IX Bienal del Mercosur. Pero Sofía no fue la gran enemiga de Manolo. Cristiana Collu disputó la dirección hasta el último momento. No solo tiene dos doctorados en museología en 1996 (Burgos) y 2021 (Complutense de Madrid), sino que ha trabajado en la Galería de Arte de Gales del Sur en Sydney. En 1996 había ganado el concurso para ser directora del Museo de Arte de Nuoro (Italia); luego sería directora del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Trento y Rovereto y, en 2015, se convirtió en directora de la Galería Nacional de Roma. 

«Es todo un postureo que ya vivió en sus carnes Borja Villel: los mismos que le alababan terminaron siendo sus verdugos»

Según me dicen, hasta la última reunión no se decidió el jurado internacional por Segade. Pesaba a favor de Cristiana la incorporación con gran éxito del diseño a la Galería Nacional de Roma, consiguiendo un equilibrio entre lo que es un Centro de Arte y un museo. Algo por cierto que en el Reina no ocurre y que algunos miembros del jurado echaban de menos en el proyecto del nuevo director.

Pero ya tenemos director. Me ha sorprendido el cierre de filas de artistas, galeristas, conservadores y comisarios de exposiciones con el nuevo responsable del Reina. Entiendo que no es cuestión de enemistarse con él antes incluso de su llegada, pero es todo un postureo que ya vivió en sus carnes Borja Villel: los mismos que le alababan terminaron siendo sus verdugos. Pero Manolo Segade conoce su entorno. Sabe que le han puesto a parir por sus montajes en Móstoles; por su modernidad excesiva, por sus concesiones a lo políticamente de moda. Por eso la gran pregunta es cómo se enfrentará a los muchos retos del Reina.

Para empezar debe decidir qué hacer con el discurso que dejó montado su antecesor. Cuando el museo devuelva las obras prestadas al efecto, ¿con qué las sustituirá? ¿Y qué fin dará a sus almacenes donde se juntan angladas camarasas con dalís y mirós? El Prado ya ha empezado a colgar picassos y fernandos zobel en sus salas. Lo siguiente será pedir la devolución del Legado Cooper (con varios picassos más) y alguna que otra obra. El Guernica no… 

Es decir, volvemos a un director moderno «modernísimo —como dice un amigo suyo— al que las antiguallas le espantan» pero que tendrá que lidiar con colecciones enteras de fotografía, cuadros cubistas, y una posguerra española que —hoy por hoy— está en el Reina.

Y quizá lo más importante. Manolo Borja fue criticado por rodearse de una guardia pretoriana que «le separó de la realidad» (son palabras de un conservador del museo). Pues bien, Segade podrá nombrar por contrato hasta a cinco ayudantes con salarios de alta dirección. No va a estar solo. Serán los encargados de diseñar y argumentar un nuevo proyecto de museo. Esperemos al menos que ese proyecto no solo responda a lo demandado por el jurado internacional que lo nombró, sino también por los deseos e intereses de los españoles.

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