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¿Por qué el Real Madrid no es un club-Estado? Explicación gratuita para demagogos

El club blanco es una institución que paga sus fichajes con sus propios recursos y con los que genera

¿Por qué el Real Madrid no es un club-Estado? Explicación gratuita para demagogos

El futbolista Aurelien Tchouaméni, en su presentación con el Real Madrid. | Emilio Naranjo (EFE)

Corren buenos tiempos por Castellana. Tras la consecución de la Liga número 35, ‘La Decimocuarta’ y otra Supercopa de España, el club dirigido por Florentino Pérez ha firmado una temporada de ensueño. De hecho, el presidente del Real Madrid, en una carta enviada a sus socios, la ha calificado de «inolvidable», algo que dice mucho si analizamos el extenso palmarés de los blancos.

Ahora bien, que nadie se confunda, quienes cubrimos la actualidad merengue sabemos que ‘FP’ no sabe convivir con la autocomplacencia. Les puedo asegurar que en su cabeza siempre se instala la idea de un nuevo reto, del próximo hito a conseguir. En este caso (y más allá de la consecución del Nuevo Bernabéu), las aspiraciones del máximo mandatario del Real Madrid pasan por tocar metal de nuevo en forma de ‘orejona’ si es posible.

Lo repite en público y en privado: «Ahora, a por la Decimoquinta». Pero ojo, Florentino sabe perfectamente que para conseguirla hay que seguir mejorando la plantilla. De ahí la flamante incorporación de Aurelien Tchouaméni para reforzar y rejuvenecer al equipo.

Demagogia ‘everywhere’

He seguido las evoluciones del mediocentro francés toda la temporada. Internacional galo, 22 añitos, procede del Mónaco, potencia y técnica a partes iguales, sustituto ideal para Carlos Henrique Casemiro. «Una apuesta de presente, pero sobre todo de futuro». 80 millones por el traspaso más otros 20 en variables. » 10 de ellos muy asequibles de lograr y otros 10 más complicados» aseguran desde Valdebebas. Con su precio (lamentan desde el mismo ámbito) llega el ruido «de los que quieren mal al Real Madrid». Y con esto se hace referencia a todos aquellos periodistas y aficionados de la cuerda culé-atlético-valenciano-sevillista que aseguran que el Real Madrid es «tan club-Estado como el PSG o el Manchester City». 

Antes, este tipo de afirmaciones eran exclusividad de Sor Lucia Caram o Lluis Martínez Sistach, el Arzobispo emérito de Barcelona. Les parecían «dispendios descomunales» cuando se fichaba a CR7 o Bale, pero lo veían perfecto si se trataba de renovar a Messi por enésima vez o fichar a Neymar. Demagogia everywhere en el clero catalán.

Ahora, la cosa no va de la curia, ni de conventos, va de la necedad humana expuesta en Twitter. Lo más grave es que quienes usan esta red social para prender la mecha de la desinformación y las fake news son reporteros o articulistas muy mal documentados y, algunos, con una cantidad considerable de seguidores. Pero tranquilos que desde estas líneas les vamos a explicar todo muy mascado.

«El Madrid puede permitirse a Tchouaméni»

Alguien que sabe mucho de números en el Real Madrid me lo explicó con la frase más sencilla posible: «El Real Madrid se puede permitir a Tchouaméni porque sigue las normas a rajatabla y porque cumple con el fair play financiero». Y ahora entro en detalles, queridos lectores y detractores. Ya que muchos no se han parado a pensar que el Real Madrid se ha embolsado 132 millones de euros por la consecución de la Champions (a esto súmenle que ha ganado 5 de las últimas 8).

Los mismos que se olvidan que en los mercados veraniegos de 2020-21 y 2021-2022 ‘solo’ se invirtieron 31 kilos en la llegada de Camavinga debido a la situación pandémica provocada por el COVID. La misma que obligó a directivos, jugadores y empleados de la sección de fútbol y de baloncesto a bajarse el sueldo un 10%. Una bajada real, por cierto, no un pago diferido como hicieron en Barcelona (pequeñas diferencias que explican muchas cosas). 

Pero aún hay un factor más importante, «la venta de talento». Desde el Madrid reconocen abiertamente que «fue duro» pero que «era necesario» desprenderse de futbolistas muy válidos en los últimos años. Achraf (43 millones), Reguilón (30), Odegaard (35), Llorente (30) o Theo (21) son solo algunos de los ejemplos de figuras formadas en la casa a las que hubo que decir adiós empujadas en su mayoría por las difíciles circunstancias que «obligaban a apretarse el cinturón»

Teniendo en cuenta todos estos elementos nos encontramos con la guinda final. El clasificador dato que me proporciona el asesor fiscal y socio compromisario del Real Madrid, Ramón Alvarez de Mon: «el Madrid es el club número 26 en la clasificación de inversión neta en fichajes durante la última década». Repito: ¡el número 26!  Una institución que paga sus fichajes con sus propios recursos y con los que genera. Una entidad deportiva que es lo más opuesta posible a un club-estado. Explicación, gratuita, para demagogos varios. 

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