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Andrés Medina

2019, What's next?

Si la política en España fuera una serie de televisión, los análisis de sangre de sus guionistas darían positivo en Biodramina mediática.

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2019, What’s next?

Si la política en España fuera una serie de televisión, los análisis de sangre de sus guionistas darían positivo en Biodramina mediática.

A un suspiro de cerrar, al fin, un 2018 difícil de catalogar, y a punto de abrir la temporada 2019, uno no sabe si la trama sube o baja; si va o viene. Porque los paisajes y sus protagonistas cambian a la velocidad de la luz.

No es de extrañar. El último episodio de 2017 acabó por todo lo alto: con un resultado inédito, en unas elecciones inéditas, tras una profunda crisis en Cataluña donde, por primera vez, una fuerza no nacionalista obtenía la mayor representación.

Pero 2018 no nos ha defraudado. De hecho, solo hay que ver cómo estábamos hace tan solo 6 meses, y quien gobierna el país hoy. Un golpe de genialidad –que no casualidad– ha hecho que la temporada nos deje con un argumento capicúa: por primera vez en la historia, el PSOE no reinará en Andalucía. O sí. Porque están pasando cosas. Muchas, muy inesperadas y de mucho calado.

Por ejemplo: ¿cuántos sabríamos decir hace un año quién era Quim Torra? ¿Alguno, de verdad, esperaba que VOX terminaría por ser la última ficha que podría derribar cuatro décadas de socialismo en Andalucía?

Si alguien ha respondido a esas preguntas afirmativamente, supongo que apenas le sorprendió que haya cambiado el rostro, cada cual por sus motivos, en la presidencia de la Comunidad de Madrid, la secretaría general del PP y la Presidencia del Gobierno, con todo su Consejo de Ministros.

A pesar de ser la primera vez en democracia que prosperaba una moción de censura, era la segunda vez que se produjo un cambio de Presidente de Gobierno sin que se celebrasen elecciones. En el 81 por la dimisión de un presidente, en el 18 por la censura a otro. Toma capicúa.

Ahora toca saber qué nos deparará el 2019. Supongo que solo los más osados se atreverán a hacer alguna profecía. Yo, que me tengo por disfrutón, me entretengo calentando el banquillo de las expectativas.

Las primeras pistas nos las dará la aprobación o no de los Presupuestos Generales. De esa votación dependerá en gran medida el margen de maniobra del Presidente del Gobierno. Sánchez tratará de hacer lo posible para no ser recordado como el presidente más breve de la democracia, y el único que no ha conseguido aprobar unos Presupuestos Generales del Estado. Para lo primero tendría que llegar, al menos, a la primavera de 2020, o ganar las siguientes elecciones. Para lo segundo tendrá que lañar la frágil mayoría negativa de la moción de censura. En cualquiera de los casos, a los guionistas no les sobrará un buen chute de inspiración, porque las generales en 2019 parecen inevitables.

Por otra parte, no perdería comba de lo que suceda en Europa. Si nadie lo evita, en marzo llegará un Brexit duro como el turrón de Alicante. Como antesala de unas elecciones al Parlamento Europeo no es un tema menor. Además, todo apunta a que conservadores y socialistas –hasta ahora hegemónicos– están en retroceso. Y con el avance del euroescepticismo cabe esperar que la Eurocámara se transforme, cada vez más, en una versión de 13, Rue del Percebe. Parece que los inquilinos de la escalera derecha (los Salvini, Orban, Le Pen…) harán más ruido que los de la izquierda.

De vuelta a España, continuaremos entretenidos con el juicio al procés. La crisis territorial se ha convertido en una de las mayores turbinas de cambio político en España, como hemos visto en Andalucía. Y esa crisis aún abierta, engrasada por el aceite mediático del calendario judicial, que asegura incesantes visitas populares a la Plaza de París, operará como telón de fondo mientras los partidos nos presentan a sus candidatos para todas y cada una de las elecciones que están programadas. Un tres en uno: más de 8.000 ayuntamientos, 13 Comunidades Autónomas, y las ya mencionadas Europeas.

Quizá la única certeza sea que este año continuará vigente, aunque latente, el debate sobre la igualdad de los españoles, que es, a mi juicio, la causa telúrica que lleva sacudiendo los cimientos de la sociedad en estos últimos tiempos. Con permiso de la organización territorial, tendrán también su buena dosis de protagonismo la movilización feminista, el debate sobre la sostenibilidad de las pensiones, sobre los modelos educativos y lingüísticos, las equiparaciones salariales, y un largo etcétera, con más o menos graduación. En general, recomiendan no agitar antes de usar.

Ya lo hemos aprendido estos últimos años. No insistamos. De poco sirve hacer pronósticos o profecías. Las cosas pasan y luego las explicamos. Así que hagamos como Bartlet, “What´s next?”

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