THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

Asco

La foto de Jason De Crow refleja artefactos aparentemente inofensivos. Y al fondo, en un panel, cinco rostros. Los rostros de cinco canallas miserables. Desciendes a los detalles y es un viaje al infierno, a la maldad insuperable. Al asco más asqueroso que puedo sentir hacia un ser humano.

Opinión
Comentarios
Asco

La foto de Jason De Crow refleja artefactos aparentemente inofensivos. Y al fondo, en un panel, cinco rostros. Los rostros de cinco canallas miserables. Desciendes a los detalles y es un viaje al infierno, a la maldad insuperable. Al asco más asqueroso que puedo sentir hacia un ser humano.

La foto de Jason De Crow refleja artefactos aparentemente inofensivos. Y al fondo, en un panel, cinco rostros. Los rostros de cinco canallas miserables. Desciendes a los detalles y es un viaje al infierno, a la maldad insuperable. Al asco más asqueroso que puedo sentir hacia un ser humano.

Estos ordenadores, cd’s, grabadoras, tabletas y teléfonos son las pruebas que almacenan horas y horas del horror vivido por decenas y decenas de niños, desde recién nacidos a adolescentes, de los que abusaron, para su repugnante disfrute, al menos setenta y un hombres, ahora detenidos.

La experiencia de la vida, en momentos como este, me ha enseñado a mirar el mundo con el asco que se merece. Sí, mucho asco. Esta vida en este mundo maravilloso en el que habitan seres humanos como estos detenidos que hubiera sido mejor que no nacieran nunca. No son pocos. No están locos. Son muchos. Y saben que destrozan vidas para siempre. Son conscientes de que al apiolarse a tantos menores, liquidan su existencia. Son seres humanos que portan en sus entrañas a un demonio. Pero no se autolesionan, no. Dañan a los más indefensos, a los niños.

Pura vida, sí. Pero sin hombres como estos que acreditan que en este mundo hay peligros no tanto porque existan seres humanos tan malos, peligrosos y despreciables, sino sobre todo porque hay demasiada gente buena, o aparentemente buena, que permite y posibilita tanta maldad o mira para otro lado cuando se la cruza.

No puedo evitarlo. Se muy bien lo que sienten las víctimas de esta recua de hombres repulsivos. Por eso reitero que hay que extremar las cautelas, sí, pero sobre todo hay que reforzar los medios que las autoridades destinan a la persecución de estos canallas por tierra, mar y aire. Se hace poco. Mucho menos de lo que debieran. Muchísimo menos de lo que es su obligación. Y eso, tampoco lo puedo evitar, también me indigna.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D