THE OBJECTIVE
Jesus H. Cifuentes

¡Asesinos!

Cuánto tiempo la dignidad del hombre y el odio que se está acumulando a fuego, podrán sostener la insostenible situación que estamos padeciendo y presenciando con la vergüenza y la impotencia haciéndose cada vez más grande en nuestra consciencia.

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¡Asesinos!

Cuánto tiempo la dignidad del hombre y el odio que se está acumulando a fuego, podrán sostener la insostenible situación que estamos padeciendo y presenciando con la vergüenza y la impotencia haciéndose cada vez más grande en nuestra consciencia.

Todos hemos tenido en nuestra vida la experiencia del atropello o el abuso en distintas formas, empezando desde la infancia. El patio del colegio puede ser uno de los primeros escenarios de conflicto, porque siempre hay un macho alfa que asume el papel de rey de la selva, por ser normalmente el más fuerte o más alto. Nunca el más listo.

En la memoria infantil a veces borrada, quizá por alguna circunstancia paralela aflora el recuerdo de uno de esos atropellos que te dejaron con la impotencia marcada a fuego en el cerebelo, y que no hemos sabido cómo resolver.

Al día de hoy, ese patio del colegio que fue la selva, me recuerda con impotencia lo que está sucediendo en la franja de Gaza con el abandonado pueblo Palestino. Aquí los violadores de todos los acuerdos posibles del derecho internacional están de la mano del gobierno de Israel y del norteamericano, por esa simbiosis económica por la cual el “pueblo judío” es el que desde los mercados financieros controla buena parte de la sostenibilidad de la bondad económica yanqui.

Ese “macho alfa” que hoy en día se pasa por la entrepierna la dignidad del ser humano, acumulando en su haber miles de muertos, asesinando sin pudor población civil año tras año sin que la justicia llegue nunca, continúa impune bombardeando escuelas y hospitales, sin que la comunidad internacional, por más que proteste, consiga atisbar una brizna de justicia sobre la montaña de cadáveres que están amasando con fruición.

Me pregunto cuánto tiempo la dignidad del hombre y el odio que se está acumulando a fuego, podrán sostener la insostenible situación que estamos padeciendo y presenciando con la vergüenza y la impotencia haciéndose cada vez más grande en nuestra recámara de la consciencia.

¡Asesinos! ¡Sois todos unos asesinos!

¡ASESINOS!

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