THE OBJECTIVE
Gemma Bargues

Bellezas que matan

Por fuera, bella, coronada y radiante; por dentro, consciente de que el precio a pagar por su belleza puede ser su propia muerte. Se llama Shaima Qassem, es irakí y con solo 20 años se ha coronado como la primera Miss Irak desde 1972, año en que se celebró la última edición de este certamen de bellezas infieles. Y es que ser reina de la belleza no tiene cabida en un país como Irak, todavía hoy desfigurado por la violencia sectaria del terrorismo islámico y plagado de extremistas que ven en Miss Irak una amenaza contra sus doctrinas conservadoras.

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Bellezas que matan

Por fuera, bella, coronada y radiante; por dentro, consciente de que el precio a pagar por su belleza puede ser su propia muerte. Se llama Shaima Qassem, es irakí y con solo 20 años se ha coronado como la primera Miss Irak desde 1972, año en que se celebró la última edición de este certamen de bellezas infieles. Y es que ser reina de la belleza no tiene cabida en un país como Irak, todavía hoy desfigurado por la violencia sectaria del terrorismo islámico y plagado de extremistas que ven en Miss Irak una amenaza contra sus doctrinas conservadoras.

Qué orgullosa estaría Wijdan Burham El-Deen, la última mujer en representar a Irak en Miss Universo en 1972, de ver a esta joven que ahora ostenta su corona 40 años después. Mucho menos lo estaría de ver las amenazas de muerte que reciben muchas participantes por promover una cultura anti islámica y que atenta a la moralidad pública.

“Este tipo de concursos dan esperanza de que la vida en Irak continúa”, decía el organizador del certamen. ¿Sí?, ¿es esto una señal de que la población irakí trata de volver a la normalidad? Una leidita a la prensa internacional nos deja claro que no, porque el rastro de invasión del ISIS en territorio irakí no hace más que crecer: la expansión del autodenominado EI, un gobierno impotente y corrupto, cortes de energía y escasez de agua, una influencia cada vez mayor de países extranjeros, los ataques suicidas y la violencia creciente contra las mujeres son sólo una parte de lo que los ciudadanos de Irak viven desde que el régimen de Saddam Hussein fuera derrocado en 2003. Y en medio de toda esta mierda, obviamente, Miss Irak no encaja.

Pero aparte de toda la cuestión islámica, ¿por qué siguen organizándose estos concursos de belleza, en todo el mundo? En Irak ha provocado que al menos dos jóvenes se hayan retirado del concurso tras recibir amenazas de muerte, pero en el resto del mundo la polémica de estos certámenes siempre está servida, sea por lo que sea: prototipos de belleza irreales, corrupción, sexismo, participación de chicas demasiado jóvenes o delgadas, incitación a posibles trastornos alimenticios, intereses políticos, etc.

Nada bueno han traído estos concursos en el mundo, ni oriental ni occidental. Bueno, algo sí, que todos hayamos aprendido gracias a Miss Panamá 2009 quién es Confucio y qué inventó. Bravo.

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