THE OBJECTIVE
Gerardo Cabrera Campos

Construir un nuevo mundo

El dolor por este tipo de desgracias, tan mierda a veces, es un aliciente para comprender que el ser humano no pierde la motivación.

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Construir un nuevo mundo

El dolor por este tipo de desgracias, tan mierda a veces, es un aliciente para comprender que el ser humano no pierde la motivación.

El mundo entero se paralizó ante un punto. Y lloramos. El mundo ya tenía suficiente con lo que desencadenó el atentado al World Trade Center. No fue una guerra, no una inmolación; sí fue la naturaleza que martirizó a un pueblo insular: 230 mil muertos en Indonesia. Y justo en estos días en que Malasia sufre una tremenda inundación, allí a su costado.

Pero el dolor por este tipo de desgracias, tan mierda a veces, es un aliciente para comprender que el ser humano no pierde la motivación. Es decir, basta ver las fotos del antes y el después del tsunami. Recordé, así, las tremendas consecuencias del super tifón Yolanda en Filipinas, y de cómo una compañera de la universidad, Ram Guiritan, relataba entre lágrimas el testimonio de sus amigos y familiares afectados.

Así veo al anciano. Así lo veo ahora tan lejano, sentado en la sala de redacción, luego de un cierre más de fin de año. Ayer, por ejemplo, cubría un enfoque más de la reubicación de comerciantes informales a un nuevo mercado. Veía a los niños trabajar, metidos en la vaina y en el ruido de la construcción de un nuevo mundo.

Eso es: construir un nuevo mundo, sea como sea. Lo ves en un mercado nuevo, luego de un tifón, después de un tsunami o en la letanía de una terrible inundación. 

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