Continuamos para bingo

Enhorabuena al Barça por seguir haciendo historia y felicidades al Sevilla por plantar cara, más y mucho mejor que otros, y haber estado cerca de alcanzar la gloria.Viva el fútbol, señores. Viva.

1, 2, 3… y cuatro. Ya van cuatro. El Barça ha conseguido el cuarto título posible, aun faltan otros dos por jugar, frente al Sevilla la pasada noche del martes en Georgia.

En la primera parte, el conjunto culé estuvo imperial, casi incontestable. Pese a que se adelantaron los de Emery, el Barça dio una lección de fútbol digna de reconocer. Y cómo no… el protagonista fue Lionel Messi. El argentino es un Dios terrenal; digno de ser alabado; lejos del resto de futbolistas; con un talento único, propio y particular, que está solo a su alcance, y cuyo techo, como bien dijo Valdés, lo marcará él mismo. Es una delicia verle jugar… uno de los maravillosos placeres que esta vida ofrece. Cuando pasen los años y él deje de regalarnos su fútbol, valoraremos más la importancia que ha tenido este hombre en la historia del fútbol mundial.

Sin embargo, en la segunda parte, el Barça se confió, la defensa hizo aguas, Ter Stegen no estuvo muy acertado y el Sevilla estaba enchufadísimo. Todo ello hizo que los de Nervión remontaran e igualaran el partido. Se fue a la prórroga. Y entonces apareció él, que, para ser justos, nunca fue santo de mi devoción. Hablo del hombre que marca en todas las competiciones. Hablo del que supuestamente se quería marchar. Hablo del que evolucionó de Pedrito a Pedro. Y fue el que, a pocos minutos de finalizar la prórroga, entregó el título al Barça con un gol que celebró de tal manera que no hacían falta palabras para saber cómo se sentía el canario.

Enhorabuena al Barça por seguir haciendo historia y felicidades al Sevilla por plantar cara, más y mucho mejor que otros, y haber estado cerca de alcanzar la gloria.

Viva el fútbol, señores. Viva.