THE OBJECTIVE
Javier Quero

Cornudo y encarcelado

Dos años y medio de cárcel le han caído a un paisano por fisgar el movil de su señora y descubrir una foto de su media naranja sacándole el zumo a otro señor. El marido burlado también halló algunos mensajes erótico festivos que le acreditaban como ejemplar dispuesto a ser rejoneado en Las Ventas cualquier tarde.

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Cornudo y encarcelado

Dos años y medio de cárcel le han caído a un paisano por fisgar el movil de su señora y descubrir una foto de su media naranja sacándole el zumo a otro señor. El marido burlado también halló algunos mensajes erótico festivos que le acreditaban como ejemplar dispuesto a ser rejoneado en Las Ventas cualquier tarde.

Dos años y medio de cárcel le han caído a un paisano por fisgar el movil de su señora y descubrir una foto de su media naranja sacándole el zumo a otro señor. El marido burlado también halló algunos mensajes erótico festivos que le acreditaban como ejemplar dispuesto a ser rejoneado en Las Ventas cualquier tarde.

Hoy, la vida se desarrolla en los móviles. La corrala digital es el escaparate en el que exponemos  la intimidad sin pudor. Y whatsapp, el megáfono virtual por el que mantenemos conversaciones privadas para privarnos de conversar. Actualmente, don Juan no declararía su amor a doña Inés en una apartada orilla donde más pura la luna brilla. El personaje de Zorrilla, sustituiría sin duda su inspirada declamación por un sencillo «was» del siguiente tenor Tenorio: «kdamos en el cnvnto. Lo vas a flipar. Bss». Y completaría el mensaje con emoticonos de alitas y corazones, sustitutivos del arcaico «ángel de amor».

Mantener conversaciones prohibidas con cobertura para ligar combina el placer furtivo con el regusto impune. Sin embargo, conviene otorgar el beneficio de la duda al presunto infiel. Los equívocos que provoca el teclado intuitivo son notables. Los teléfonos inteligentes articulan frases tontas, sustituyendo un casto «desde que ando estoy entrenando las piernas» por un explícito «deseando estar entre tus piernas».

La revelación por móvil de que alguien le toca a tu pareja las teclas sólo te sirve para confirmar tu condición de sobrero expuesto a la mofa general que ha de soportar el cuclillo ibérico. Y para colmo, quien se descubre cabrón es devuelto a los corrales y enchiquerado en una celda de Soto del Real. Háganme caso, en la ignorancia esta felicidad. Si  sospechan una infidelidad, no quieran saber más, desistan de curiosear el móvil ajeno, soporten los cuernos con dignidad, pues al menos embestirán en libertad.  Es mejor ser un condenado cornudo que un cornudo condenado, desposado y esposado

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