THE OBJECTIVE
Teresa Viejo

Cronología del horror

Lo confieso, me he sobrepuesto a la fotografía y he visto el video completo. Han sido tres minutos treinta y cuatro segundos de una apología siniestra como preámbulo del peor horror capaz de suscribir un ser humano: sellar con sus propias manos la muerte de otro.

Opinión
Comentarios
Cronología del horror

Lo confieso, me he sobrepuesto a la fotografía y he visto el video completo. Han sido tres minutos treinta y cuatro segundos de una apología siniestra como preámbulo del peor horror capaz de suscribir un ser humano: sellar con sus propias manos la muerte de otro.

Lo confieso, me he sobrepuesto a la fotografía y he visto el video completo. Han sido tres minutos treinta y cuatro segundos de una apología siniestra como preámbulo del peor horror capaz de suscribir un ser humano: sellar con sus propias manos la muerte de otro.

Ignoro si la realidad contiene una ficción macabra, o la pretendida ficción es una snuff movie que vira del amarillismo al negro gore. En cualquier caso habría que tomarla como cierta. La ejecución o su simulación, en directo o diferido, es una aberración sin paliativos. Despiadada, dantesca, espantosa. Llenaría el texto de adjetivos macabros y no acabo.

Ahora bien, confieso que he contemplado este documento gráfico -el de un hombre decapitado- y no he podido dejar de cuestionarme su veracidad, cuando la única verdad que debería preocuparme no procede tanto de una prueba científica irrefutable como de la locura que deja traslucir. Y diré que me avergüenza el estado narcótico al que nos condena el continuo fuego de imágenes. Ya no somos tan permeables. No como antes, cuando éramos vírgenes ante el dolor, cuando la violencia que cuajaba en una fotografía nos retraía a pasados demasiado dolorosos y cercanos.

Quizá la fuerza de la imagen resida también en una cierta dimensión onírica atrayente e hipnótica que convive con el plano real que ha retratado, lo que llevaría a deducir que el formato hace al hecho congelado en él y no al revés. Pero no nos dejemos embaucar, pues a estas alturas resulta insustancial que los técnicos del Pentágono estén desmenuzando frein a frein la grabación y conjeturando sobre ella, lo aterrador es la bestialidad de su mensaje, se haya producido o no la ejecución del periodista.

La violencia estaba en cada uno de sus días de cautiverio. Ahí empezaron a quitarle la vida.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D