THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

De la guerra y los porros

En la foto de Baz Ratner observamos a un soldado israelí encendiendo un cigarrillo. No sabemos qué fuma. Alrededor suyo un tanque, unos colegas y la impedimenta al uso. El Ejército israelí va a reducir las sanciones a la soldadesca que sea castigada pecuniariamente por fumar marihuana o hachís durante sus permisos, hecho que hasta ahora se penalizaba severamente con hasta penas de dos meses de prisión. Pero van a seguir sancionando a quienes fumen porros de servicio. O sea, que creen que las guerras y los porros no son compatibles.

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De la guerra y los porros

En la foto de Baz Ratner observamos a un soldado israelí encendiendo un cigarrillo. No sabemos qué fuma. Alrededor suyo un tanque, unos colegas y la impedimenta al uso. El Ejército israelí va a reducir las sanciones a la soldadesca que sea castigada pecuniariamente por fumar marihuana o hachís durante sus permisos, hecho que hasta ahora se penalizaba severamente con hasta penas de dos meses de prisión. Pero van a seguir sancionando a quienes fumen porros de servicio. O sea, que creen que las guerras y los porros no son compatibles.

La historia acredita que los soldados de todos los países, a quienes otro llevan a guerras absurdas y dantescas, infernales, soportan el horror a veces gracias a que la hierba, u otras sustancias, les permiten evadirse algo del espanto y soportar la carga emocional de la muerte, que tiene lo suyo.

Podemos ponernos estupendos y pensar que los soldados que van a las guerras son seres perfectos que ni fuman ni beben ni dicen tacos. Lo malo son las guerras, no los porros que se fumen los soldados. Las guerras en sí mismas son la peor droga a la que son adictos tantos gobernantes enloquecidos que envían a la peña a matar y matarse mientras ellos se fuman un puro y se toman un whisky. Esa droga es la que mata de verdad. La marihuana puede ser hasta terapéutica. Las guerras a las que envían a estos soldados del porro son las que hacen de este mundo un planeta cada día más inhabitable. Más insoportable ni con un porro.

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