THE OBJECTIVE
Susana Koska

Decimononos

Es verdad que son un poco tramposos. Aunque dicen seguir los preceptos del XIX tienen Facebook y una web donde cuentan el devenir de sus días en el estudio del pasado.

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Es verdad que son un poco tramposos. Aunque dicen seguir los preceptos del XIX tienen Facebook y una web donde cuentan el devenir de sus días en el estudio del pasado.

Estaba preparando mi ajuar de sufragista para El Día del Elegante cuando me encuentro con esta foto digna de película de Ivory.

He de reconocer que soy una loca del XIX, me gustan su pintura, sus cuentos góticos, sus fotografías de cadáveres, sus moños Gibson, las flores de Macintosh, sus sombreros historiados, sus anillos memento mori y sus zapatos Oxford. Me gusta el XIX porque con él arrancó el futuro. A pesar de ello, no soy de las que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Yo solo soy “decimonona” de salón.

Dicen Sarah y Gabriel que siendo historiadores y fascinados por el XIX decidieron hace 5 años hacer este estudio preciso y precisamente porque dicen que lo que les va es experimentar la época en su totalidad. Menos mal,  que no han estudiado Farmacia.  

Dice Sarah que no se le hace cuesta arriba la vida dentro del corsé, a mí me parece que además de el corsé se aprieta mucho el moño. 

Es verdad que son un poco tramposos. Aunque dicen seguir los preceptos del XIX tienen Facebook y una web donde cuentan el devenir de sus días en el estudio del pasado. En ella venden sus libros y en ella  publican sus preciosas fotos en color digital total. De la web se nutren para la bibliografía, usos y costumbres, para los patrones de la ropa que cosen a mano y para conseguir el jabón de Castilla que usan para su lavado diario de jarra y jofaina. 

Aunque Sara dice que como mujer del XIX es una estudiante de ciencias humanistas habría que recordarle que las mujeres apenas pisaban las aulas. Que las mujeres no podían votar, que no podían divorciarse, que las osadas que salían a la calle exigiendo derechos ciudadanos eran recibidas con una lluvia de verduras podridas y carcajadas. Que eran encarceladas, que algunas se echaron a los cascos de los caballos.

Esa es una de las razones por las que siendo yo decimonona de salón, en El Dia de el Elegante siempre llevo mi banda pidiendo el voto para la mujer.

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