Donde dije digo.........

Como suele suceder en estos casos la cuerda terminó por romperse por el lado más débil.

 

Como suele suceder en estos casos la cuerda terminó por romperse por el lado más débil. Los resultados no llegaban, la paciencia de los directivos no es una virtud que abunde en el mundo del fútbol y el resultado es que un buen  entrenador como es Miroslav Djukic dejó de ser, el lunes, entrenador del Valencia.

Contrariamente a lo que suele acontecer por aquellos lares no era precisamente al técnico al que señalaban los aficionados valencianistas. En esta ocasión los tiros apuntaban más alto y en concreto a la cabeza del todavía presidente Amadeo Salvo. Por razones que en la distancia son difíciles de analizar no es el mandatario ché un hombre que haya caído bien a la  siempre fiel hinchada valencianista. En los últimos años la presidencia del club valenciano ha ido cambiando de manos como algunos políticos de partido y ello ha provocado una inestabilidad institucional que no ha ayudado en nada a los diversos proyectos deportivos que se han ido poniendo en marcha.

Salvo que allá por el mes de Septiembre afirmó con rotundidad que pasase lo que pasase, Djukic sería entrenador del Valencia como mínimo hasta final de temporada, tuvo que desdecirse el lunes anunciando, sin ruborizarse, que el técnico serbio dejaba de ser el máximo responsable del banquillo del equipo valenciano.

Son las incongruencias de gente que, como el que nos ocupa, llegan al  cargo sin ningún tipo de experiencia en la gestión de una entidad deportiva. Ha pagado la novatada Salvo, pero el que lo sufre es un entrenador que había hecho un trabajo extraordinario en el Valladolid y sobre todo un club que, como el Valencia, viene siendo descapitalizado deportiva y económicamente por unos directivos absolutamente incompetentes. Una pena. Valencia y su historia merecen algo mejor que un presidente que donde dijo digo dice ahora diego.