THE OBJECTIVE
Marta Parreño Gala

¿Dónde estaba el 15M?

Me sabe mal tener que usar la foto de este dinosaurio (y que me perdonen los dinosaurios) para hablar de Podemos, porque sin duda la imagen del día es otra, pero si quiero escribir hoy de las elecciones europeas en España, ésa es la que me toca.

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¿Dónde estaba el 15M?

Me sabe mal tener que usar la foto de este dinosaurio (y que me perdonen los dinosaurios) para hablar de Podemos, porque sin duda la imagen del día es otra, pero si quiero escribir hoy de las elecciones europeas en España, ésa es la que me toca.

Me sabe mal tener que usar la foto de este dinosaurio (y que me perdonen los dinosaurios) para hablar de Podemos, porque sin duda la imagen del día es otra, pero si quiero escribir hoy de las elecciones europeas en España, ésa es la que me toca. Se ve que han vuelto a “ganar” los de siempre. O eso dicen ellos. Tiempo al tiempo. Los grandes cambios siempre son lentos, sobre todo si tenemos que adaptarnos a su ‘sistemahechoamedida’ para modificarlo desde dentro.

¿Os acordáis de aquellas plazas llenas de gente que decidió reiniciar el sistema de forma pacífica? ¿De los debates de madrugada en los que se buscaban soluciones a una situación política y social insostenible? ¿De los miles de mensajes anónimos de esperanza que colgaban de las cuerdas de tender y conectaban las plazas de todas las ciudades? La victoria de Podemos (ellos sí ganaron) evocó todo aquello.

El 15M no murió, solo se estaba transformando.

Después años y años y manifestaciones y más manifestaciones con la sensación de estar atrapados en un bipartidismo enfermo, privilegiado y sellado entre una derecha retrógrada y casposa y una supuesta izquierda que no ha estado a la altura en ningún momento, parece que el paisaje empieza a cambiar. Por fin. El domingo los dos grandes perdieron 32 puntos en las europeas (o sea 17 escaños ¡o sea 5 millones de votos!) y los pequeños tomaron aire. Si toda la gente que no votó lo hiciera, más de la mitad, me temo que acabaríamos por arrinconarles definitivamente.

Ojalá esto solo sea el principio del final. Por lo pronto, Podemos se ha convertido en la voz de muchos. Gracias al partido por devolvernos la ilusión, a Pablo Iglesias por poner la cara (van a intentar devorarte) y al 15M por ser el germen de todo esto. La solidaridad de aquellas plazas nunca fue inútil. Definitivamente no.

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