El año de “El Niño”

Lo peor que le puede pasar a la opinión pública es que le hagas creer que es tonta. Se cumple un mes del 20-D y tenemos al presidente en funciones con la agenda “muy libre” según él. Los analistas apuntan a que no le va muy bien formando gobierno.

La incertidumbre es el nuevo partido que ha llegado hasta los votantes. Quizá sea porque nunca se ha vivido una situación así. Quizá también porque nunca hemos experimentado un pacto entre partidos que jamás hubiésemos imaginado.

Todo es posible en este momento. En un principio todos queríamos pactar pero resulta que las cuentas siguen sin salir y las mesas sin entenderse. Según la encuesta publicada esta mañana por @mananascuatro un 23 por ciento de sus espectadores apostaba por un pacto y un 77 por ciento por nuevas elecciones. La paciencia de la gente se agota. A los que tienen alguna oportunidad de ser presidente les queda un margen de 2 a 3 semanas máximo y luego ¡a las urnas!

Mariano Rajoy está esperando que a su caña llegue algún pez pero parece que los peces se acercan más hacia las redes de Pedro Sánchez. Cualquier variable pasa por el PSOE una vez que PP está dispuesto a pactar bajo cualquier circunstancia y Ciudadanos también. Podemos se auto descarta, salvo de un futuro gobierno de izquierdas sin autodeterminación catalana por el medio.

Esta mañana leía un vaticinio sociológico en caso de futuras elecciones: el partido que se perciba por los votantes como responsable de que no haya un gobierno estable será penalizado en las urnas. No se admite la indefinición en la época del caos. El elector quiere soluciones.

Y es que el votante es como el viento y les recuerdo que estamos en el año de El Niño. Convulso.