THE OBJECTIVE
Nestor Barreira

El atleta de Dios

Hace poco el luso fue objeto de deseo de la mala hostia española. Esa que heredamos de los tiempos de la Inquisición y el Capitán Alatriste. La que espera que el gladiador se encierre y no salga después de haber perdido ante el eterno rival.

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El atleta de Dios

Hace poco el luso fue objeto de deseo de la mala hostia española. Esa que heredamos de los tiempos de la Inquisición y el Capitán Alatriste. La que espera que el gladiador se encierre y no salga después de haber perdido ante el eterno rival.

No soy ni madridista ni futbolista, vaya por delante. Cristiano Ronaldo, 1,85. 46 cms de hombros. Cuádriceps: 20 cms de fondo y 18 de ancho.

Como diría mi amigo Alberto, muy dado al refranero popular: “Su pierna es como es como las dos de mi pantalón llenas de arena”. Alberto toma esta unidad métrica para hacer otras comparaciones pero a mí me viene muy bien adaptarla y, esta vez, no vamos a hacer paralelismos que no vienen al caso.

Tras su última victoria en Champions le dedico la columna. Hace poco el luso fue objeto de deseo de la mala hostia española. Esa que heredamos de los tiempos de la Inquisición y el Capitán Alatriste. La que espera que el gladiador se encierre y no salga después de haber perdido ante el eterno rival. Al chico se le juntó todo. Le deja la novia que le acusa de ser desleal. Vamos, que tenía más novias que yo letras de hipoteca. El Atlético de Madrid le endosa cuatro y el Calderón se mofa.

Encima celebra su cumpleaños esa misma noche y España entera piensa: es un chulo, vago, prepotente, irrespetuoso con el club, borracho, juerguista… El español. Ese ser tan dotado para ver todas las pajas en todos los ojos habidos y por haber. Ese tipo sin memoria con ese afán de aplastar el éxito.

De otra parte Ronaldo. Vecino de Península. Un tipo que desde los 18 entrena cuando los demás no entrenan. Un tipo que se pone pesas en los tobillos mientras monta en bicicleta. Un tipo que a sus 30 tiene un nivel de entrenamiento doble respecto a sus compañeros. Que cuida de su hijo. Que no pudo salvar a su padre de la lacra del alcohol. Que consiguió al menos que su hermano lo intente. Celebra unas fiestas cojonudas aunque cante con el mismo trasero.

A pesar de todo lo que le digamos se ha ganado a pulso su vida. Se merece cada minuto de lo que hace. Fiestas incluidas. Es el vivo ejemplo del esfuerzo.

Su descubridor le dijo una vez: “cuando te olvides que la pelota no lleva aire dentro sino millones de dólares triunfarás”. Con todos sus defectos CR7 es ejemplo de triunfo. Trabaja y siempre cumple. No sé si cree. No sé si reza. Pero no es normal. Ronaldo es un atleta. Un atleta de Dios

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