THE OBJECTIVE
Sara Montero Minguez

El circo del Ébola

Empezaré por lo más doloroso: la gestión pública. Traer contagiados de ébola a España sin plenas garantías, que los responsables intenten repartir la culpa y que Rajoy vuelva de Bruselas victorioso son solo muestras de una incompetencia ya conocida. Nadie esperó que Ana Mato gestionara bien.

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El circo del Ébola

Empezaré por lo más doloroso: la gestión pública. Traer contagiados de ébola a España sin plenas garantías, que los responsables intenten repartir la culpa y que Rajoy vuelva de Bruselas victorioso son solo muestras de una incompetencia ya conocida. Nadie esperó que Ana Mato gestionara bien.

Enfermeros en paro para cuidar contagiados, imágenes exclusivas de la habitación, un Trending Topic para salvar al perro, médicos a los que no les caben los trajes, montajes de noticias falsas en grandes medios…Todo ha sido excesivo. La información sobre el ébola ha retorcido lo trágico hasta convertirlo en un esperpento.

Los últimos días los lectores mirábamos las pantallas de nuestros móviles y ordenadores anonadados. Primero por la temida enfermedad, luego por la ineptitud política (que ya no nos sorprende porque estamos bien acostumbrados) y después por el circo que se ha montado alrededor. El sentido común ha quedado arrinconado.

Empezaré por lo más doloroso: la gestión pública. Traer contagiados de ébola a España sin plenas garantías, que los responsables intenten repartir la culpa y que Rajoy vuelva de Bruselas victorioso son solo muestras de una incompetencia ya conocida. Nadie esperó que Ana Mato gestionara bien.

Lo más desolador es que el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, acuse a la enfermera de haber mentido y que se sienta orgulloso de que esta información institucional “sea de su propia cosecha”. Juegan con la triste ventaja de que ahora Teresa no va a poder defenderse de sus acusaciones.

Y cuando creía que los españoles no nos merecíamos los políticos que tenemos… voy y me meto en Twitter. Y me desdigo. En esos momentos el debate principal era si se debía o no sacrificar al perro de la afectada. Una discusión muy pertinente si no se hubiese planteado en términos de “contra los animales” o “contra las personas”. Si pedías proteger al perro, no te importaban los niños de África, y si considerabas más prioritarias manifestaciones frente al Ministerio de Sanidad que frente a la casa de la afectada, te tachaban de insolidario. Incluso tuve que leer como un usuario deseaba que las personas que sacaron al animal de la casa se contagiaran de la enfermedad o que alguno dijera que el sacrificio de perros era el primer paso para exterminar personas. Uno pierde parte de fe en el ser humano cuando pincha en algunos Trending Topic.

Si la auxiliar no supera la enfermedad, muchas manos se echarán a la cabeza y habrá silencios ante el televisor. Todos esperábamos que se salvase. En nuestro imaginario colectivo ella debía ser la prueba de que la enfermedad se puede vencer porque es joven y porque no entró en el hospital en estado crítico. Si la sanitaria muere, no habrá excusa posible.

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