THE OBJECTIVE
Carmen Calvo

El destino final del vuelo MH370

Después de dos semanas de zozobra que alentaron toda clase de especulaciones sobre el paradero del vuelo MH370, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, confirmó anoche que el avión se estrelló en el sur del Océano Índico.

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El destino final del vuelo MH370

Después de dos semanas de zozobra que alentaron toda clase de especulaciones sobre el paradero del vuelo MH370, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, confirmó anoche que el avión se estrelló en el sur del Océano Índico.

Después de dos semanas de zozobra que alentaron toda clase de especulaciones sobre el paradero del vuelo MH370, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, confirmó anoche que el avión se estrelló en el sur del Océano Índico, en “un lugar remoto, lejos de cualquier posible zona de aterrizaje”.

Acabó así con las esperanzas de más de 239 familias que prefirieron aferrarse a la incertidumbre de un secuestro antes que reconocer las evidencias que, según pasaban los días, se hacían más y más firmes. No es fácil esconder durante tanto tiempo un avión de las dimensiones de un Boeing 777, ni hay pistas de aterrizaje en medio del océano, ni se trataba de un anuncio de la nueva temporada de “Lost”.

Quedan aún por resolver todas las preguntas planteadas y que, mientras no aparezcan los restos del avión ni la “caja negra”, seguirán dando base a las más complejas teorías: fallo mecánico o eléctrico, secuestro, sabotaje, terrorismo, suicidio del piloto, o una despresurización de cabina que acabó con la vida de todos y transformó el avión en un vuelo fantasma hasta que se agotó el combustible.

Nadie sabe lo que sucedió a bordo de ese vuelo MH370 que salió de Kuala Lumpur en la madrugada del 8 de marzo con destino a Pekín y que, apenas una hora después de su despegue, apagó los sistemas de transmisiones, se despidió del sistema de control de Malasia con un “Todo bien, buenas noches” y jamás llegó a contactar con el control de Vietnam.

A partir de entonces, el enigma, el cambio de ruta, y seis horas de incomprensible viaje hacia la Antártida, que fueron dejando una leve señal captada cada hora por el satélite Inmarsat y que, finalmente, a través de un complejo sistema de mediciones y cálculos, ha podido establecer el lugar aproximado donde se estrelló el avión.

Las autoridades de Malasia deberán responder de los gravísimos fallos en el control de seguridad de su aeropuerto al permitir a dos pasajeros iraníes, “parecidos a Balotelli”, subir al avión con pasaportes robados a un italiano y a un austriaco. Pero, entretanto, continuará la búsqueda de los restos del aparato, en la que participan 26 países, en una amplia zona del Índico situada a más de 2.500 kilómetros al Sudoeste de Perth en Australia y donde las profundidades marinas superan los 4.000 metros.

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