THE OBJECTIVE
Enrique García-Máiquez

El espíritu de Alsasua

El acto de Vistalegre, que saltó todas las alarmas de emergencia sobre la emergencia de Vox, yo no lo vi tan fundamental. Un partido con una mínima militancia comprometida bien puede llenar cualquier espacio. Lo difícil es traspasar ese entusiasmo a los votantes anónimos en las frías mañanas electorales.

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El espíritu de Alsasua

El acto de Vistalegre, que saltó todas las alarmas de emergencia sobre la emergencia de Vox, yo no lo vi tan fundamental. Un partido con una mínima militancia comprometida bien puede llenar cualquier espacio. Lo difícil es traspasar ese entusiasmo a los votantes anónimos en las frías mañanas electorales.

Para eso y para después, importa más lo que acaba de pasar. España Ciudadana, o sea, una plataforma civil en la órbita de Ciudadanos, tuvo la idea de convocar un acto en Alsasua el 4 de noviembre para apoyar a la Guardia Civil. El líder de Vox ha tenido la gallardía de reconocer sin paliativos el acierto de C’s y anunciar que, sin pretender ningún protagonismo ni intervenir públicamente, Vox acudirá a esa convocatoria. Ya eso es sorprendente. Los tres partidos menos a la izquierda del PSOE, Ciudadanos, PP y el recién llegado Vox, han estado dándose codazos y poniéndose zancadillas y pegándose collejas por ese espacio. Algo ha cambiado cuando C’s y Vox se disponen a compartirlo en Alsasua.

Porque la elegancia no acaba con Abascal, sino que continúa con Arrimadas que ha dado la bienvenida a todos los que se quieran sumar. Y que, preguntada, con muy malas pulgas, por si Vox era ultraderecha, ha tenido la cintura de recordar que artículos racistas y xenófobos los han escrito Torra y Puigdemont, los socios del Gobierno, y que son esos los que están reventando la Constitución, no Vox. ¿Tendrá Pablo Casado los reflejos de sumarse a la iniciativa de Rivera?

Los tres partidos tienen margen de sobra para discutir sobre otros asuntos en los que difieren de fondo. En la defensa de la nación, su legalidad y sus Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad, lo inteligente es ir a una, y más ahora. Es la mejor lección del otro bloque, que Pablo Iglesias está subrayando todo lo que puede con su eslogan de «cuidar la mayoría de la moción de censura«. ¿No hay diferencias ideológicas mucho más acusadas entre el PNV y Podemos, entre el PSOE y el PdCAT que entre los tres partidos del centroderecha?

Los dos (C’s y Vox) saldrán beneficiados de ese gesto, y el PP saldría. La altura de miras constitucional y centrista de Ciudadanos, acogiendo la compañía mediáticamente más comprometida, quedará clara. Vox, sobre todo, aparece por primera vez, tras Vistalegre y tras las encuestas prometedoras, como un agente político entre sus pares, como un interlocutor a tener en cuenta, como un socio (muy) potencial (en los dos sentidos). Lo que vencerá muchas resistencias psicológicas y meticulosos utilitarismos en las frías urnas. Ya veremos si Casado reacciona. Si el centroderecha no lo hace ahora, parecerá que no tiene hueco entre el centro-centro y la derecha-derecha, y tendrá que hacerlo después, tarde y mal, porque el espíritu de Alsasua ha venido para quedarse. La unidad en la unidad y en lo esencial es esencial.

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