El fútbol no es así

La derrota del Barça en Granada fue dolorosa, traumática y reveladora. En una semana, los azulgrana se bajaban del tren de la Champions y casi descarrilaban del vagón de la Liga. Una plantilla mal o poco reforzada acaba pasando factura. Esto sí es así.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Ni jugador de campo más alejado del nudo gordiano de un partido que el portero. Digo yo que debe ser esa la razón por la que Zubizarreta se agarró el sabado al tópico y tuvo una visión periférica de la realidad mientras una parte del barcelonismo entraba en depresión y el resto, en el mosqueo más absoluto. La derrota del Barça en Granada fue dolorosa, traumática y reveladora. En una semana, los azulgrana se bajaban del tren de la Champions y casi descarrilaban del vagón de la Liga. Pues al director deportivo del club sólo se le ocurrió justificar ese 1-0 con el latiguillo del «fútbol es así», opacando una realidad incuestionable: el mal partido, la mala planificación y el mal humor del respetable ante lo que pudo ser y ya no será.

El fútbol no es así, apreciado Zubizarreta. Pregúnteselo usted al aficionado de la calle que asiste perplejo a más de dos años sin incorporar un central en la plantilla del Barça, a una temporada sin reforzar al equipo línea por línea y a unas semanas en las que da la sensación de que todo el potencial se diluye como un azucarillo. Son los mejores y no lo parece. Han perdido intensidad y frescura. Incluso hay quien cree que algunos piensan más en las redes sociales y en el Mundial que en su propio equipo. Los mismos que ganaron al Real Madrid en su feudo son los que perdieron en Valladolid y en Granada. El fútbol no es así porque no vive de la forma y sí del fondo. Casi nada es fruto de la casualidad, de la suerte o del azar. Una plantilla mal o poco reforzada acaba pasando factura. Esto sí es así.