THE OBJECTIVE
Marcela Sarmiento

El hipo chilango

Cuando nace un animal en cautiverio su llegada al mundo con claras opciones de supervivencia garantiza la especie y será siempre una noticia alentadora. Nada que sensibilice más en la vida que el nacimiento de una cría.

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El hipo chilango

Cuando nace un animal en cautiverio su llegada al mundo con claras opciones de supervivencia garantiza la especie y será siempre una noticia alentadora. Nada que sensibilice más en la vida que el nacimiento de una cría.

Cuando nace un animal en cautiverio su llegada al mundo con claras opciones de supervivencia garantiza la especie y será siempre una noticia alentadora. El caso que hoy recorre las redes sociales, especialmente en México, es el futuro nombre de un hipopótamo nacido en el Zoológico de Chapultepec en el D.F, lo que lo convierte en un auténtico hipo chilango.

Quise comprobar la reacción de algunos curiosos al ver esta fotografía. En la mayoría de los casos hubo una exclamación de ternura acompañada de sonidos intraducibles que evocan la infancia. Nada como conservar el niño que tenemos dentro. Y seguir sorprendiéndonos con cosas tan simples como un hipopótamo.

Fue un animal sagrado en el antiguo Egipto. Lo veneraban. Le temían. Tanto que muchos no sabían nadar por el miedo que les generaba su presencia en las aguas. Sus víctimas todas aquellas vecinas de río Nilo libraron batallas físicas e incluso espirituales por convivir en su territorio. El Nilo era considerado el centro fértil de la sociedad egipcia y no en vano el poderío del animal en él representó la fertilidad y la maternidad de sus mujeres. Incluso llevaban colgados a sus cuellos amuletos con forma de hipopótamo para su protección sobre las fuerzas malignas. La diosa Taueret con cabeza de hipo, patas de león y cola de cocodrilo era la diosa de la fertilidad y la protectora de las embarazadas. El culto radicaba en portar su imagen para favorecer la abundancia de leche materna.

Hoy en día el hipopótamo no vive en Egipto, su hábitat se encuentra en los ríos y lagos de África Sub-sahariana. Aunque su figura no corresponda precisamente con la de un animal ágil, puede correr hasta 30 km/h. Es considerado uno de los mamíferos más agresivos del mundo y son causantes de miles de muertes cada año. Pero también son la sensación de los zoológicos donde residen. La palabra hipopótamo es sonora y divertida. Atrae a niños y adultos. Aún a los más escépticos.

La balanza marcó 40 kilogramos el día de su nacimiento. Prácticamente peso pluma comparado con lo que le falta por ganar. En su vida adulta puede llegar a pesar hasta 4 toneladas o incluso más. Es regordete, característica que nos lleva a soñar con la posibilidad de apapacharlo e incluso fantasear con saber como se siente tocarlo. Pero no. A menos que esté dormido por una buena dosis de tranquilizantes para un ciudadano de a pie acariciar un hipopótamo es una ilusión. Quienes sigan considerando alguna eventualidad pueden intentarlo de forma gratuita de martes a domingo de 09:00 a 16:30 horas.

Nada que sensibilice más en la vida que el nacimiento de una cría. Incluso después de saber lo peligrosos que pueden llegar a ser. Es de las innumerables cosas que me genera fascinación de la especie animal. No seré la única por supuesto. A través de un concurso por Internet los participantes podrán escoger el nombre del recién nacido hipopótamo. Las propuestas son: Igoli, que significa oro en lengua zulú; Haji que en lengua swahili es noble o finalmente quienes prefieran Mabbina que significa felicidad. En caso de ser consultada es muy posible que la ultima opción sea mi favorita. El hijo de “Güera” -rubia- como se llama su madre no podía proclamarse de otra manera. Del Nilo al corazón de la Ciudad México su leyenda tiene mérito. Bienvenida a este mundo Felicidad.

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