THE OBJECTIVE
Guillermo Garabito

El militante no tiene quien le escriba

Sobran líderes en los partidos como sobran lunes por la tarde. Esa es la principal conclusión tras conocer el barómetro del CIS de esta semana. Y la sorpresa no es tanto la del PP, sino la del PSOE, que continúa subiendo mientras sigue sin cabeza. Porque Javier Fernández, de los Fernández de la gestoría de toda la vida –como dice Jesús Nieto–, es un apaño provisional con más pasado que futuro. Sobran líderes y lo demuestran las encuestas, que mejoran cuando no los hay como en el caso del PSOE.

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El militante no tiene quien le escriba

Sobran líderes en los partidos como sobran lunes por la tarde. Esa es la principal conclusión tras conocer el barómetro del CIS de esta semana. Y la sorpresa no es tanto la del PP, sino la del PSOE, que continúa subiendo mientras sigue sin cabeza. Porque Javier Fernández, de los Fernández de la gestoría de toda la vida –como dice Jesús Nieto–, es un apaño provisional con más pasado que futuro. Sobran líderes y lo demuestran las encuestas, que mejoran cuando no los hay como en el caso del PSOE.

Susana Díaz es el cuento de las mil y una noches, las que lleva desembarcando en Madrid bajo palio que nos cuentan los analistas –unos y otros–, pero nunca llega. Díaz ha salido “rebujito”: tenía gracia en un principio, pero se le ha ido el gas.

Patxi López es un párrafo corto.

Entre tanto, Pedro Sánchez, que sigue siendo guapo según Ian Gibson, ha pasado de no tener posibilidades a resucitar por el método sencillo de reducir el mensaje a la mínima expresión.  A veces incluso parece que lo ha simplificado tanto que se ha quedado sin discurso. Ian Gibson, que es socialista y ahora “sanchista”, me decía que Pedro Sánchez es lo menos malo entre las opciones porque tiene sentido del humor.

Pero al PSOE “lo que le hace falta es que lo cosan”, que es el comentario más repetido desde hace meses. Lo de coser está sobrevalorado. A mí, siendo un crío, se me cayó una losa de mármol sobre los dedos. Aquello sangraba por encima de sus posibilidades con una exageración más propia de Tarantino que de un castellano. Y al llegar al hospital a la enfermera únicamente se le ocurrió la solución de dar puntos. Yo con mi fobia a las agujas… Me levanté de la camilla y me puse a correr por el “box” diciendo que a mí no me cosía y alguna otra cosa más de la que ahora no quiero acordarme. Al final gané el debate dialéctico, que como puede intuir el lector por momentos estuvo a la altura del mejor de los discursos de Demóstenes, o la enfermera se cansó de correr tras de mí. Lo apañó con unos puntos de aproximación y un: “¡Ya te tocará volver mañana y te dolerá más!”  Y hasta la fecha.

Teorizaba Baumann acerca de la modernidad líquida y yo hablo de los líderes líquidos. El PP seguiría siendo la primera fuerza según el CIS y esto refuerza mi teoría de que sin líderes todos los partidos van al alza. El PP no tiene líder, tiene a Rajoy que es otra cosa. Pero lo nuestro de hoy es el PSOE.

Con líderes líquidos el militante no tiene quien le escriba. “Mierda.”

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