THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

El mundo real

Había comenzado a escribir sobre la foto del nuevo Rey junto a su familia, abrazado a su padre, la Reina y su madre a cierta distancia, cuando la realidad es al revés. Pensaba aportar una reflexión sobre la Casa Real, pero prefiero escribir sobre el mundo real.

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El mundo real

Había comenzado a escribir sobre la foto del nuevo Rey junto a su familia, abrazado a su padre, la Reina y su madre a cierta distancia, cuando la realidad es al revés. Pensaba aportar una reflexión sobre la Casa Real, pero prefiero escribir sobre el mundo real.

Había comenzado a escribir sobre la foto del nuevo Rey junto a su familia, abrazado a su padre, la Reina y su madre a cierta distancia, cuando la realidad es al revés. Pensaba aportar una reflexión sobre la Casa Real, pero prefiero escribir sobre el mundo real, el que refleja la imagen de Reuters: inmigrantes, seres humanos, menores de edad, hacinados en celdas inhumanas al sur de Texas.

Las mafias les han llevado hasta los EEUU a cambio de un dinero que no tenían, en condiciones indignas. Un infierno de viaje en lo que en sus sueños era un traslado al paraíso. Pero ya lo han aprendido. Seguro que tirados en el suelo, tan jóvenes, y aunque fueran mayores, ya son conscientes de que el paraíso puede estar mucho más cerca en casa, aunque su casa sea una mierda. Ya no tienen dudas de que, abrazados a sus amores, entregados a los besos, aunque sea en un hotel barato frente a una estación, aunque sea en el lugar más pobre de la tierra, se está en el paraíso. Porque la felicidad no la da el dinero, como a ellos probablemente no se la den los EEU.

Les tienen almacenados en esas celdas repugnantes hasta que encuentren a familiares suyos en los EEUU para poderles reunir. Y si tardan en dar con ellos, les empaquetan de nuevo hacia el infierno. Pero de verdad, es probable que sea allí donde encuentren más fácil un paraíso rodeado de su gente, rozando su piel con sus afectos, cultivando las cosas del querer y el corazón antes que el sueño de una cartera llena que nunca se llenará.

Sí, ya se que quizá tenía razón Coelho cuando escribió que la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace interesante la vida. Vale. Pero a veces cuando se cumplen los sueños entendemos que nuestra imaginación es fecunda y rica y la realidad a veces estéril y pobre.

Este es el mundo real. Ojala el Rey Felipe VI se acerque mucho a el y no se deje llevar en volandas por la realidad. Como escribí en ABC, citando a Monsaváis, he visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por falta de locura. Por eso me gustan los cuerdos de atar.

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