THE OBJECTIVE
Anna Grau

Ensayo de cántico en el templo

«Es un hecho indiscutible que, desde que Jordi Pujol logró sentarse en la silla de Josep Tarradellas, no ha habido en Cataluña un solo gobierno que no sea nacionalista, solo o en compañía de otros»

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Ensayo de cántico en el templo

Francisco Seco

Quisiera compartir hoy con todos los lectores de The Objective lo que sigue, que es el texto de una reciente interpelación mía a la consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña ante el pleno del Parlamento catalán. El tema era el anuncio del gobierno catalán de lanzar un «Plan Nacional de la Lengua». Pasen y lean… Disculpen que haya alguna frase suelta y hasta algún párrafo entero en catalán y que deliberadamente no lo traduzca. A buen entendedor, pocas palabras… Sobre todo, piensen que detrás de cada línea copiada aquí hay años de sentimiento. Y de sufrimiento. Aunque también de esperanza.

«Senyora consellera de la Generalitat de Catalunya: no sé si es usted aficionada a leer la Biblia, o si conoce la historia de San Pedro y de cómo por tres veces le preguntaron por Jesucristo y por tres veces lo negó. Algo parecido hizo usted en su primera comparecencia ante la comisión de Cultura de este Parlamento como consejera del ramo, cuando hasta tres grupos parlamentarios distintos, entre ellos el mío, le preguntamos por los planes de su departamento para defender la lengua castellana en Cataluña. Tres veces tres dio usted la callada por respuesta, como si oyera llover. Por tres veces tres recalcó la «necessitat» d’un «Pla Nacional per la Llengua», y habló de defender el catalán, el aranés y hasta la lengua de signos. Ni una mala mención al castellano, español o como más rabia le dé llamarlo… mientras lo llame de alguna manera. Mientras lo tenga en sus oraciones y en alguna consideracion.

Mire que hemos visto disparates en lo poco que llevamos de legislatura y más allá, empezando por la toma de posesión del presidente Aragonès con una versión del himno de Cataluña, Els Segadors, digna de figurar en un concierto tributo de Lady Gaga, entre estrofa y estrofa de «El Cant de les Segadores», el molt honorable president Aragonès habló de salir al paso de la «crisis» lingüística que padecemos en Cataluña. Cuánta razón. Otra cosa es qué tipo de solución a esta crisis se puede esperar viniendo de ustedes. Si no va a ser peor el remedio que la enfermedad, la vacuna que el virus.

Empecemos por el principio. Es un hecho indiscutible que, desde que Jordi Pujol logró sentarse en la silla de Josep Tarradellas, no ha habido en Cataluña un solo gobierno que no sea nacionalista, solo o en compañía de otros. Ni un solo día desde el año 1981, la política lingüística de la Generalitat ha estado en manos de nadie que no fuese primero catalanista, luego soberanista, luego separatista, luego procesista y al fin, antiespañol sin complejos. Se gastan ustedes un dineral en una televisión pública cuyo grito de guerra es «puta España» y se gastan otro dineral en hipersubvencionar «Plataforma per la Llengua», una pretendida ONG del catalán que trabaja febrilmente, obsesivamente y hasta pseudomafiosamente para barrer el castellano de los comercios, de la Administracion pública, de la lengua vehicular de la enseñanza y hasta de los patios de las escuelas. Han hecho todo lo que estaba en su mano para que durante años nadie se atreviera a normalizar el uso del español en este Parlament. Han marginado hasta el apartheid la cultura catalana en lengua castellana, vejando a magníficos creadores, dejándoles fuera de premios literarios, ayudas cinematográficas y en general de toda red de ayuda pública o directamente clientelar. Se han hecho los amos del bullying institucional contra el bilingüismo, pasándose por el arco del triunfo todo tipo de sentencias judiciales contra los abusos de la inmersión lingüística y hasta de en qué idioma se pueden hacer las pruebas de selectividad.

I què han aconseguit amb tot plegat? Que tots pixem colònia i Jocs Florals i anem amunt i avall del Passeig de Gràcia tocant la lira i recitant versos de Josep Carner? No, vostès diuen que la llengua catalana està en crisi, que el jovent cada cop la parla pitjor i menys de gust, que el català està perdent el tren de les noves tecnologies i plataformes, que la globalització els passa factura i els fa por, molta por…en una paraula…que després de quaranta anys donant la tabarra, intentant imposar el monolingüisme a la pràctica i per la força…vostès han fracassat! Si és veritat, com diuen, que el nacionalisme considerava i considera la defensa de la llengua catalana una de les seves raons de ser, de vegades fins i tot l’única, si us plau no s’ofenguin si aquesta catalana de Girona els ho diu doncs això, clar i català: són vostès uns inútils. Porten quaranta anys violant els drets i ferint els sentiments de milions de ciutadans de catalunya que tenen el castellà com a llengua mare, o simplement com a llengua pròpia, perquè deixin-me dir que les llengües pertanyen a la gent, a les persones, no a cap govern o territori, i no han aconseguit res del que es proposaven.

Eso es lo que sucede cuando uno se pasa todo el día hablando de Franco, pero sin sacar ninguna lección de cuarenta años de franquismo. ¿Consiguió el régimen franquista que los catalanes dejaran de hablar y amar el catalán por arrojarlo fuera de las escuelas, de la Administracion y de la cultura oficial? No, no lo consiguió. Todo lo contrario, lograron inocular en generaciones de catalanes un odio irracional hacia la lengua española, como si la lengua tuviera alguna culpa de las barbaridades que las dictaduras, oficiales o encubiertas, hacen en su nombre. A ustedes les ha pasado y les pasa lo mismo. Poniendo la lengua a los pies de los caballos y al servicio de sus delirios de grandeza, haciendo política con la lengua y no por ella, reduciendo la noble defensa del catalán a algo tan miserable como combatir el español por tierra, mar y aire, lo único que generan es cansancio, frustración y odio. Y fracaso, mucho fracaso.

Fracaso es haber dilapidado los consensos lingüísticos de los años 80, cuando en esta Cámara se consiguió aprobar una ley de normalizacion lingüística por una unanimidad que hoy sería impensable. Bueno, que ya era impensable en 1998, cuando el entonces conseller de cultura Joan Maria Pujals trató de aprobar una nueva ley y ya se encontró con lo que se encontró: con un bidet lleno de pirañas. Oigan, y no sería porque entonces abundara en Cataluña lo que ustedes llaman ultraderecha, fachas, ñordos o colonos. En 1998 ciudadanos no existía, Santiago Abascal no había salido de su pueblo y en el PP catalán ya le había cortado la cabeza a Alejo Vidal-Quadras para que no estorbara los pactos del Majestic entre Pujol y Aznar. Estaban ustedes solos, bueno, con el Partido Socialista, que en estos temas se lo deja pasar todo o casi todo, a juzgar por la experiencia de los dos tripartitos.

Ustedes y solo ustedes son los responsables de haber fulminado la libertad y la concordia lingüística en Cataluña, le vendieron a todo el mundo el modelo de la inmersion lingüística en las escuelas asegurando que no querían una doble red escolar, que querían cohesion y no apartheid, y lo que garantiza ese modelo es justo lo contrario. una lengua para los buenos y otra lengua para los malos. Se escudan en que el español lo hablan cientos de millones de personas en el mundo para intentar que arrinconarlo en Cataluña salga gratis, o parezca una travesura progre, cuando es lo más reaccionario y cavernícola que hay. Hablan de lengua propia como si fuera suya, cuando las lenguas, insisto, sólo pertenecen a las personas, que son las que sufren cuando se violan sus derechos y se arrasa su dignidad. Se podría hablar español en todo el planeta Tierra y en tres o cuatro planetas más y seguiría siendo una canallada espiar lo que hablan los niños en los patios de las escuelas de Cataluña o hacer sufrir a una sola persona por rotular su comercio en la lengua oficial que le dé la gana. Que para eso estamos en democracia y no en dictadura.

El motivo de esta interpelacion es sondear el inescrutable silencio de la consellera de cultura el otro día en la comision y ver de enterarnos de en qué va a consistir el «Pla Nacional per la llengua» anunciado por la consellera, por el president Aragonès y por sus socios de gobierno de Junts. Llegado este punto espero que no sorprenda a nadie que nosotros hayamos preferido hablar de plan de lenguas, de todas, no de una sola. Perquè nosaltres defensem i defensarem el català, l’aranès, la llengua de signes…i el castellà. Per a nosaltres totes les llengües oficials de catalunya van en un pack, han de ser totes no ja respectades, sinó dignament preservades i activament fomentades i protegides, i qui intenti fer el contrari, ens tindrà al davant i protestant tot el dia. Antes se cansarán ustedes de saltarse la ley que ciutadans de denunciarlo y de perseguirlo en los tribunales.

Pero no sólo en los tribunales. Fíjense por favor que de su fórmula mágica del «Pla Nacional per la Llengua» les discutimos la palabra llengua, porque queremos que sean llengües, es decir, todas, pero no les discutimos la palabra nacional. Eso no se debe a que no nos demos cuenta de su constante afán de hacer un uso espurio de la palabra «nacional», que para ustedes significa nacional catalán, y para nosotros significa nacional español, por supuesto que con Cataluña dentro. Pero fíjense, es que nosotros sí creemos que hace falta un plan nacional, es decir, a escala española, para defender todas las lenguas oficiales de España en todos los territorios. Hace falta que el gobierno de la nación, el gobierno de España, que responde ante todos y cada uno de los españoles, es decir, ante todos y cada uno de los catalanes, se haga responsable de acabar con el caos y el apartheid lingüístico que hace demasiados años que sufrimos en Cataluña, y que evidentemente puede durar hasta el infinito mientras ustedes tengan o finjan tener la última palabra.

Somos conscientes de las limitaciones de instar desde el parlamento catalán al gobierno español a sobreponerse a décadas de dejadez, de pereza lingüística, de hacerse sólo vagamente responsable de la defensa del español allá donde no hay otra lengua cooficial, y allá donde la hay, como es el caso de Cataluña, dejar que el gobierno autonómico haga lo que le dé la gana, así lo que le dé la gana sea clamorosamente anticonstitucional. Necesitamos mecanismos de empoderamiento pero sobre todo de complicidad, necesitamos una visión lingüística de águilas, no de gallinas, para avanzar todos juntos en la defensa del bilingüismo y en el robustecimiento de todas las lenguas de este país, del catalán al español pasando por el aranès, la llengua de signes, el euskera y el gallego, en los nuevos entornos globalizados y digitales.

Olvídense de una vez del franquismo, sobre todo, dejen de imitarlo, cambien el chip y el marco mental, abran sus corazones y sus políticas al bilingüismo y más allá, atrévanse a vivir y dejar vivir, a ser libres y a dejar serlo, a ponerse al servicio de las lenguas y de las personas que las hablan en lugar de machacarlas. Empezaba esta interpelación quejándome de que en la comisión de cultura del Parlament, por tres veces se le pidieron cuentas a la consellera de qué pensaba hacer en defensa del castellano en Cataluña, y las tres veces dio la callada por respuesta. Hoy puede ser un gran día, como diría Joan Manuel Serrat, para romper ese silencio…

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