Grecia y los "zorros y camaleones"

Después del fenómeno chavista vivido en parte de Latinoamérica, en el mundo no se daba una nueva demostración de avance de la democracia de los pueblos. Sin duda, tenía que ser la cuna de la democracia la que debía continuar la gesta que los latinoamericanos iniciaron.

Tsipras y Siryza se han anotado un absoluto éxito no sólo en el desarrollo del referéndum contra las medidas del FMI y a favor del pueblo de Grecia, sino fundamentalmente a favor de la Democracia, ahora el gran reto será la arquitectura económica que permita salir de la crisis.

Después del fenómeno chavista vivido en parte de Latinoamerica a principios de siglo con procesos constituyentes, consultas populares y amplias movilizaciones sociales, en el mundo no se daba una nueva demostración de avance de la democracia de los pueblos, por lo que sin duda, tenía que ser la cuna de la democracia la que debía continuar la gesta que los latinoamericanos iniciaron.

El problema es que ahora, como dice una canción popular venezolana: «… Se siguen coleando zorros y camaleones» barnizados de demócratas, que felicitan y apelan al ejercicio soberano de Grecia como ejemplo al mundo de lo que se debe hacer ante el feroz ataque del capitalismo corporativo, pero en su propia tierra, donde tienen poder y capacidad para someter ante las mayorías, decisiones trascendentes en cuanto a su destino como pueblo, son incapaces e incluso argumentan lo inadecuado que sería apelar al soberano para tomar decisiones legítimas en cuanto al modelo económico o político vigente.

Otros, no tan camaleones, que se afirman demócratas pero son connotados farsantes, señalan e increpan la decisión del pueblo de Grecia como la capacidad que tienen los pueblos de equivocarse por un exceso de democracia en las decisiones políticas y económicas.

La Democracia o se ejerce o no es Democracia, y hoy su evolución a una Democracia plena, directa y participativa es una exigencia en la transformación de los pueblos, que sólo atenta contra los intereses de la gran minoría que aún hegemoniza el poder en el mundo. Es por ello que ante tanto oportunismo y desubicación política prefiero quedarme con aquella frase que afirma que: es preferible equivocarse con el pueblo que tener la razón solo.