THE OBJECTIVE
Paco Segarra

Guerra fría bizantina

Hezbollah, aliado o títere de Irán-Persia, combate en Siria contra Estado Islámico. La noticia es que lo hace también en Irak. Es una noticia antigua, muy antigua.

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Hezbollah, aliado o títere de Irán-Persia, combate en Siria contra Estado Islámico. La noticia es que lo hace también en Irak. Es una noticia antigua, muy antigua.

No es aventurado aseverar que el Oriente Medio es la región más conflictiva del planeta y que lo ha sido siempre. Hezbollah, aliado o títere de Irán-Persia, combate en Siria contra Estado Islámico. La noticia es que lo hace también en Irak. Es una noticia antigua, muy antigua. Los persas ya disputaban la región del Tigris y el Eufrates a los romanos y, a partir del siglo VI, a los bizantinos. Éstos, a su vez, contaban con aliados árabes, los gasánidas, que constituían un reino tapón entre los dos imperios. La yihad lanzada por los musulmanes a partir del siglo VII, con la caída de Siria en la batalla de Yarmuk, marca el fin de la hegemonía bizantina y persa en la zona.

Sin embargo, mientras se mantenía un cierto «statu quo» en el frente oriental, la parte europea del Imperio Bizantino sufría duros ataques en los Balcanes, lo que es hoy Bulgaria y la propia Grecia. En el área del mar Negro, no muy lejos de la zona de combate actual en Ucrania, las fronteras estaban también amenazadas por los antepasados de los rusos. Las alianzas, como siempre, cambiaban en función de los intereses políticos y económicos. Bizancio, Constantinopla, finalmente no cayó solo por el poder militar turco, sino por la inoperancia cómplice de las potencias cristianas europeas.

Estoy seguro de que esta brevísima síntesis les suena muy actual. Alianzas «contra natura», pasividad criminal, potenciación del enemigo de mi enemigo, pactos bajo mano. Busquen el «qui prodest» en esta madeja y sabrán quiénes manejan los hilos. Pero no se hagan ilusiones: son todos malos. Como fueron todos -menos los polacos- absolutamente malos en la II Guerra Mundial. Siempre he defendido que alguien debería condenar a Churchill y a Truman por genocidio y crímenes contra la humanidad. Y en cuanto a campos de exterminio, que pregunten a los boers sobre las prácticas británicas. En Australia, 50 años después, iban a yacer miles y miles de prisioneros alemanes. Todos, todos fueron absolutamente malos. Como dijo André Frossard: «Bastarían tres razones para creer en el diablo: Auschwitz, el Gulag y la II Guerra Mundial.»

Post Scriptum: Egipto amenaza con invadir Libia. Marco Liotto me informa de que los servicios secretos españoles hacen horas extras en su vigilancia del norte de África.

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