THE OBJECTIVE
Carlos Alvarado Salcedo

Historias del silencio

Otra tragedia más en el Mediterráneo. Trágico acontecimiento en el que se ven envueltos, no solo inmigrantes adultos sino también niños. Niños cuyos sueños, si me permito la expresión, “han sido truncados por la inmisericordia de occidente”.

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Otra tragedia más en el Mediterráneo. Trágico acontecimiento en el que se ven envueltos, no solo inmigrantes adultos sino también niños. Niños cuyos sueños, si me permito la expresión, “han sido truncados por la inmisericordia de occidente”.

Me hago una pregunta: ¿qué estamos haciendo? Otra tragedia más en el Mediterráneo. Trágico acontecimiento en el que se ven envueltos, no solo inmigrantes adultos sino también niños. Niños cuyos sueños, si me permito la expresión, “han sido truncados por la inmisericordia de occidente”. Inmisericordia por la indiferencia con la que leeremos las noticias; por lo que despotricaremos contra el Estado Islámico cuya demencia ha “causado” los o las políticas de migración de la UE, e incluso contra los mismos inmigrantes que creyendo en una vida mejor se aventuran a ese Mar en cuyas profundidades yacen cadáveres.

Por eso, frente a estos acontecimientos es cuando pienso que quizás una vida vale más que otra. Los negros africanos, los desplazados sirios y los refugiados árabes no tienen derecho a una vida digna: eso es lo que me transmiten las acciones de la sociedad en la que me encuentro inmerso y a la cual aporto yo también mi nivel de pasividad. Ellos mueren aspirando a un sueño que nunca se cumplirá mientras que yo escribo estas líneas tratando de hacer justicia a su desesperación.

Con ello trato de limpiar mucho más mi consciencia. Es posible que lo consiga pero, ¿qué sucedería si todos nos moviéramos para evitar que esto sucediera? ¿Qué pasaría si dejáramos la queja frente a la migración legal y pusiéramos rostro a los que tienen que migrar para proteger sus vidas? ¿Qué sucedería si pudiésemos mover recursos para ofrecer estructuras que promoviesen la dignidad humana en estos países donde la palabra vida ha sido sustituida por el concepto muerte? A veces creo que es mucho más lo que podemos hacer. Mucho más que ver imágenes o simpatizar con el sufrimiento de aquellos llamados “sin voz”.

Ellos también se merecen una vida digna. Esos niños se merecen vivir.

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