THE OBJECTIVE
Teresa Viejo

I Love Iker Jiménez

Opinión
Comentarios
I Love Iker Jiménez

Menos mal que le han concedido un Ondas y que la profesión ha terminado rindiéndose a ese periodista visionario capaz de encontrar una historia bajo las milenarias piedras más trilladas, de lo contrario estaba por encabezar un movimiento a su favor. El peso de un comunicador se mide en la capacidad de asociación entre él y sus mensajes y a mi me sucede con Iker: veo una pirámide e imagino a Cuarto Milenio grabando allí donde otros no llegan, que no es precisamente a los pasadizos dentro de Gizah sino a la sospecha de algo huele mal dentro de ese emblema de la civilización egipcia. Su aportación es la óptica, la certeza en el tono y en la forma de que la historia que nos han contado guarda gato encerrado.

Hay que pensar oscuro para hablar claro. Hay que trascender a las minucias del presente para interpretar el pasado. Uno de los vicios del periodismo es dejar que el ritmo de la locomotora en la que vamos nos arrastre sin tiempo a mirar por la ventanilla, pero si lo hiciéramos –algo obligatorio-, si hipotecáramos la comodidad del asiento por más vaivenes que sintamos en él y nos aproximáramos a la locomotora, a lo peor comprobamos que carece de maquinista. Convertir los escenarios pretéritos en materia prima informativa o lo inexplicable en objeto de estudio, lejos de representar algo accesorio en nuestras tecnocracias aporta una visión capital para entender el presente. Claro que estimo que lo aborden los historiadores porque es su oficio pero también aplaudo el acercamiento de los periodistas, porque nos permite olvidar de cuando en cuando otras fracturas en el corazón de esta pirámide de bases endebles llamada España. De momento hasta que Iker no me cuente qué narices pasa en Gizah, pongo la noticia en cuarentena.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D